Se trata del Informe de la Fundación Adecco sobre la situación y retos de estas familias, elaborando el 7º Informe #MonoMarentalidad y Empleo. Los hogares monoparentales en España ya representan el 10%,3 del total y rozan los 2 millones. En 2017 se contabilizaban 1.842.800 familias compuestas por 1 adulto y 1 o más hijos dependientes, el 83% de ellas está encabezada por una mujer.
Un año más, la Fundación Adecco ha querido profundizar en la situación y retos de estas familias, elaborando el 7º Informe #MonoMarentalidad y Empleo, para lo que se ha realizado una encuesta confidencial a 500 mujeres con responsabilidades familiares no compartidas. Su perfil sociodemográfico ha resultado ser el de una mujer entre 36 y 45 años, divorciada, con un hijo y estudios secundarios.
Estas son las principales conclusiones del informe:
Actualmente se contabilizan 1.842.200 hogares formados por un adulto y uno o más hijos: el 83% están encabezados por una mujer.
Las dificultades de acceso al empleo se convierten en el mayor desencadenante de pobreza: un 43% de estas mujeres no tiene trabajo, mientras que un 17% afirma tener algún tipo de ocupación, pero sin contrato: el 11% figura en los registros de desempleo, mientras que el 6% restante no ha acudido a los mismos por desmoralización o situación de irregularidad.
7 de cada 10 lleva más de un año sin empleo: un 48% supera los 24 meses y un 22% lleva entre 1 y 2 años desempleada.
Para Francisco Mesonero, DG de la Fundación Adecco: “El paro de larga duración puede derivar en la economía sumergida: la ausencia prolongada de ingresos conduce a muchas mujeres con responsabilidades familiares no compartidas a desempeñar trabajos no regulados, concentrados principalmente en sectores como la hostelería, la atención a personas dependientes y/o el servicio doméstico. Una realidad que no sólo tiene consecuencias en la economía global, sino que genera una preocupante desprotección al trabajador, conduciéndole directamente a la precariedad y a la exclusión”.
“Frenar esta precariedad exige dar un impulso definitivo a las iniciativas de flexibilidad y conciliación, así como el refuerzo de políticas activas de empleo que garanticen su acceso al mercado laboral de forma sostenible”, ha asegurado Mesonero.