Se trata de datos del estudio «The Real Future of Work”, el último informe de Gallup. El 67% de los trabajadores españoles afirma que necesita formación para mejorar sus habilidades y ser más eficaces en sus puestos de trabajo
- A pesar de ello, tan solo el 62% en España ha participado en cursos de formación
- El 65% que realizó cursos de formación afirma que su empresa fue quien propuso la formación y el 35% que la idea partió de ellos mismos
- El 36% de los empleados españoles afirma que las nuevas herramientas y tecnologías han cambiado la definición de su trabajo
La mayoría de los trabajadores de España, Alemania, Francia y Reino Unido son optimistas sobre los cambios que los avances tecnológicos que caracterizan nuestra época introducirán en el mercado laboral. Sin embargo, un gran número de los encuestados opina que les hace falta reforzar sus habilidades actuales o aprender otras nuevas para poder ser más eficaces en sus puestos de trabajo.
Según las conclusiones de “The Real Future of Work”[1], un nuevo informe de Gallup, experto mundial en combinar el análisis de datos y el asesoramiento para ayudar a directivos y compañías a resolver sus problemas, más de la mitad de los trabajadores de España, Alemania y Reino Unido participaron en algún tipo de curso de capacitación en 2018, a excepción de Francia donde las cifras de participación cayeron un 37%. Los resultados del estudio apuntan a que recibir formación no es motivo suficiente para afirmar que las empresas alientan a sus trabajadores a desarrollarse profesionalmente. Los trabajadores también deben de crecer profesionalmente de otras maneras, por ejemplo, aprendiendo a poner en práctica su creatividad, empatía y otras habilidades cognitivas y relacionales que son difíciles de automatizar.
Implementación y responsabilidad en el área de formación
Según las conclusiones del informe, quienes no realizaron ningún curso de capacitación mencionan que el principal motivo es el hecho de que la empresa no les ofrece programas de este tipo, lo que plantea importantes interrogantes sobre quién es responsable de su organización y financiación. Según el 65% de los miembros de ese grupo dicha responsabilidad corresponde al empleador. Para tratar de solventar las deficiencias de formación y favorecer tanto a empleadores como a empleados, conviene definir claramente quién se debería encargar de organizar y sufragar las oportunidades de formación.
“The Real Future of Work” arroja otros datos entre los países participantes:
– El 65% de los que asistieron a cursos de formación afirma que su empresa fue quien propuso la capacitación y el 35% que la idea partió de ellos mismos. En el primer grupo, un 24% afirmó que la idea partió de la empresa en general por delante del departamento de RR.HH. (21%). Tan solo en un 20% de los casos fue el supervisor directo el que le propuso al empleado participar en el curso de formación o capacitación.
– El 81% de los trabajadores que no participaron en cursos de formación durante 2018 piensan que es la empresa, y no ellos, quien debería encargarse de buscar las oportunidades de capacitación.
– El 11% de los trabajadores que no participaron en cursos de formación afirma que la empresa no les ha dado orientaciones claras sobre las necesidades futuras y un porcentaje similar dice que la formación que se ofrece no es pertinente.
– Cuatro de cada diez, aproximadamente, adujeron razones personales para no asistir: falta de tiempo (18%), falta de interés (9%) o falta de certeza de que adquirirían nuevas habilidades (5%).
Para ello, los directivos de Recursos Humanos deberán centrarse cada vez más en buscar oportunidades de capacitación y aprendizaje continuo que respondan a las necesidades de la empresa de un modo rentable y adaptado a las fortalezas y necesidades de cada empleado, y en ayudar a los trabajadores a sentirse preparados para los cambios futuros. El estudio de Gallup sugiere que, desde el punto de vista de los trabajadores, los programas de formación no suelen cumplir bien ese último objetivo.
Para Gerard Taboada, Consultor EMEA en Gallup, » en la mayoría de los casos, el objetivo es perfeccionar las aptitudes que ya tienen y utilizar las fortalezas específicas de cada empleado para optimizar el uso de las nuevas tecnologías. Del mismo modo, los empleados deben complementar sus habilidades con otras nuevas para acceder a sectores o puestos con pocas posibilidades de automatización y maximizar su rendimiento. Los jefes deben velar porque los cambios que se vayan a introducir para facilitar la integración de las tecnologías vayan acompañados de la formación necesaria para que los empleados sepan después trabajar con ellas. Especialmente en equipos de trabajo ágiles y estructuras matriciales que seguirán creciendo en los años venideros, propiciado por necesidades y mercados en constante transición, así como la disrupción tecnológica”.
El 36% de los empleados españoles afirma que las nuevas herramientas y tecnologías han cambiado la definición de su trabajo
Según el informe, el 36% de los empleados españoles afirma que las nuevas herramientas y tecnologías han cambiado la definición de su puesto trabajo. Estos resultados varían ligeramente por sectores y por tamaño de empresa. Por ejemplo, en las empresas con menos de 100 empleados, el 33% de la plantilla ha experimentado cambios derivados del uso de tecnologías emergentes, frente al 43% en las empresas con 5.000 empleados o más. Es probable que, en todos los sectores económicos, el número de trabajadores que deba hacer frente a tales cambios vaya creciendo a medida que la tecnología basada en la inteligencia artificial se extienda a otros ámbitos.
La importancia del manager en materia de formación
Para que las empresas puedan optimizar correctamente sus recursos de formación, es fundamental que cuenten con buenos managers. Cuando estos también actúan como mentores aumenta la posibilidad de ajustar las necesidades de la empresa a las cualidades de los empleados y surgen oportunidades de formación con un mayor potencial. Si los trabajadores están acostumbrados a vivir en una cultura de cambio la probabilidad de que se sientan amenazados o abrumados cuando se les exija una adaptación, será menor.
El estudio de Gallup sugiere que los ejecutivos y los managers deben esforzarse más por transmitir la idea de que los cambios a corto plazo se ajustan a una visión más amplia y a largo plazo del futuro de la empresa. Sólo un tercio de los empleados de España, Alemania, Francia y Reino Unido no duda en afirmar que sus directivos tienen definido un rumbo claro para la empresa, y un 21% comenta que los directivos les contagian su entusiasmo por el futuro. Si los trabajadores conocen la misión de la empresa y se identifican con ella, estarán más motivados para adquirir las habilidades que les faltan. Es más probable que los trabajadores digan que necesitan formación para hacer mejor su trabajo si están de acuerdo en que la misión y el propósito de la empresa les hace sentir que su opinión es tomada en cuenta y su trabajo contribuye a conseguir dichos objetivos.