La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha presentado este jueves la campaña ‘Un solo clic puede arruinarte la vida’ para alertar de los riesgos de difundir contenidos sexuales o violentos.
La campaña ‘Un solo clic puede arruinarte la vida’ está dirigida a concienciar de los riesgos de reenviar o difundir contenidos sensibles, como fotografías o vídeos de carácter sexual o violento
La campaña ‘Un solo clic puede arruinarte la vida’, que ha sido declarada de servicio público por la CNMC, se inicia hoy 28 de enero, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Protección de Datos y cuenta con el apoyo de entidades como Atresmedia, Mediaset España y RTVE, que la difundirán en sus respectivos canales.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha presentado este jueves su campaña ‘Un solo clic puede arruinarte la vida’, dirigida a concienciar de los riesgos de reenviar o difundir contenidos sensibles, como fotografías o vídeos de carácter sexual o violento. Dar like, tuitear, buscar, comprar… son acciones que realizamos todos los días.
Más del 90% de la población de 16 a 74 años utiliza Internet de manera frecuente y casi el 65% de ellos interactúa en redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter o YouTube, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
La campaña pone el foco en un clic que tiene consecuencias mucho más graves que el resto, un reenvío de contenidos sensibles sin el permiso de las personas cuya imagen, voz u otros datos personales aparecen en ellos; un clic que, con la intención de hacer daño o por desconocimiento, contribuye a la difusión de contenidos sexuales, violentos o de ciberacoso.
La Agencia dispone de un servicio de denuncia para comunicar la difusión ilícita de este tipo de contenidos y solicitar su retirada, el Canal prioritario, que pretende ofrecer una respuesta rápida en situaciones excepcionalmente delicadas.
Se trata de una vía para denunciar ante la Agencia la difusión en Internet de contenidos sensibles publicados sin el permiso de las personas que aparecen en ellos, en particular, en casos de acoso a menores o violencia sexual contra las mujeres pero también en situaciones de violencia digital de todo tipo. Casi el 60% de las niñas y adolescentes sufren acoso online, el 42% explica que a raíz de este acoso han perdido la confianza en sí mismas y la mitad siente que el acoso en las redes es más intenso que el que tiene lugar en el mundo offline, según datos de la ONG Plan Internacional.
La Agencia, como autoridad independiente, puede adoptar medidas urgentes que limiten la difusión y el acceso a los datos personales.
Tras el análisis de la denuncia planteada a través del Canal prioritario (que puede ser realizada por la víctima o por un tercero), la Agencia puede determinar la adopción urgente de medidas cautelares para evitar la continuidad del tratamiento ilegítimo de los datos personales en casos particularmente graves. Al tiempo, la Agencia valorará la apertura de un procedimiento sancionador contra el o los usuarios responsables de haber realizado el tratamiento ilegítimo de datos correspondiente. En la actualidad, el porcentaje de efectividad en la retirada de contenidos es del 85% tras el envío de la medida cautelar a las páginas web que albergan esos contenidos.
La campaña ‘Un solo clic puede arruinarte la vida’ forma parte del Pacto Digital para la Protección de las Personas, una iniciativa puesta en marcha por la Agencia que ha contado con la colaboración de las principales organizaciones empresariales, fundaciones, asociaciones de medios de comunicación y grupos audiovisuales y con la que, entre otras responsabilidades, se comprometen a difundir entre sus usuarios, clientes y empleados el Canal prioritario.
El Pacto Digital para la Protección de las Personas promueve la privacidad como un activo para organizaciones.
Con él la Agencia pretende concienciar de que junto a un derecho puede existir también una obligación. Para ello, es necesario que todos los actores implicados en el ámbito digital, los ciudadanos y las organizaciones, sean conscientes de las consecuencias que puede suponer en la vida de la persona afectada la difusión de contenidos especialmente sensibles y también las responsabilidades en que pueden incurrir aquellos que los difunden (civiles, penales y administrativas).