Rebold y EIC ayudan a los Dircom a poner en valor su aportación al negocio de sus organizaciones.
Menos del 20% de las empresas españolas usa métricas avanzadas para analizar el valor que aportan sus acciones de comunicación al negocio de la compañía, lo que dificulta identificar la aportación del trabajo de los departamentos de Comunicación.
Para solucionar este reto, Rebold, empresa de marketing y comunicación basada en el análisis de datos, y la Escuela Internacional de Comunicación (EIC) han alcanzado un acuerdo para poner en marcha el primer Curso de Medición y Evaluación de la Comunicación. Este programa suma el expertise formativo de EIC con el know how y el conocimiento de Rebold y sus profesionales, que participarán como profesores, trasladando su experiencia práctica en este entorno.
Los alumnos aprenderán a optimizar y gestionar la comunicación de una compañía a partir de una definición de objetivos, los principales indicadores de medición, las plataformas de medición, métricas y claves generales para interpretar los resultados.
Conocerán cuestiones como: evaluar qué impacto tiene la comunicación en la reputación de la compañía, su cuenta de resultados o la fidelidad de sus clientes; qué canales son los más adecuados para conectar con las audiencias estratégicas; cómo saber qué contenidos generan más interés y afinidad; o qué influencia tienen las noticias de los medios en el proceso de adquisición de productos y servicios, entre otros aspectos.
“En un contexto dinámico de multicanalidad y empoderamiento de la comunicación por parte del consumidor, la figura del responsable de Comunicación necesita de nuevas herramientas para entender la importancia de su papel en la organización. Este curso proporciona claves para medir esta influencia y optimizar de forma continua los resultados de una buena estrategia de comunicación”, explica Noemy Molleja, Coordinadora General de la EIC.
Para Jesús Bélmez, director de Media Intelligence en Rebold: “la verdadera finalidad de la comunicación pretende conseguir un efecto en los grupos de interés relevantes para una organización y tiene que estar alineada con los objetivos de negocio que persigue esa marca. La contribución de la estrategia de comunicación al cumplimiento de estos objetivos debe estar presente siempre como último destino del enfoque de la medición y evaluación, a partir de una planificación estratégica. Hoy contamos con la tecnología y el conocimiento para poder medir cuánto aportan la comunicación y el marketing a aspectos como las ventas o la reputación de una compañía”.