«Seguiremos haciendo más grande su inmenso legado ”, ha expresado en nombre de todo el equipo de LLYC Alejandro Romero, socio y CEO Global
La ceremonia para despedir a José Antonio se llevará a cabo en el Tanatorio Parcesa La Paz, en Alcobendas, a partir del martes 2 de enero a las 09:00 am
José Antonio Llorente, socio fundador y Presidente Ejecutivo de LLYC, falleció este 31 de diciembre en Madrid a los 63 años.
El Consejo de Administración y los socios profesionales de LLYC han expresado su profunda tristeza y su solidaridad con la esposa de José Antonio Llorente, Irene Rodríguez, con su hija, Mara, y con su madre y sus hermanos, a quienes han trasladado todo su cariño.
La pérdida de José Antonio Llorente ha sido profundamente sentida por el sector y colaboradores. Alejandro Romero, socio y CEO Global de LLYC, señalaba el compromiso de continuar haciendo crecer el legado dejado por Llorente.
La ceremonia para despedir a José Antonio se llevará a cabo en el Tanatorio Parcesa La Paz, en Alcobendas, a partir del martes 2 de enero a las 09:00 am. La cremación se realizará a las 14:00 horas, según la voluntad del propio José Antonio.
Nacido en 1960, José Antonio fundó LLYC en 1995. Había comenzado su carrera en la Agencia Efe y el departamento de comunicación de la CEOE y, antes de crear su propia firma, llegó a ser CEO de Burson Marsteller en España, por entonces líder del sector. En 2021 fue reconocido como Alumno Ilustre de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, donde se había licenciado en Periodismo.
En LLYC, hizo realidad su visión de una empresa de socios profesionales, volcada en aportar resultados para sus clientes y obsesionada con la innovación y con generar verdaderas oportunidades de crecimiento para los mejores profesionales. En poco tiempo, su impulso y su dedicación situó a LLORENTE & CUENCA como líder de la consultoría de comunicación, marketing y asuntos públicos en España, Portugal y América Latina.
Hoy, el proyecto de José Antonio Llorente es una empresa cotizada, que está entre las 40 mayores del mundo y cuenta con más de 1.200 colaboradores. En 2015, volcó buena parte de su experiencia y trayectoria en el libro “El Octavo Sentido”.
Mucho antes de enfermar de cáncer, José Antonio anticipó un futuro para LLYC que trascendía a las personas. Impulsó el modelo de socios, nuestra salida a bolsa en el BME Growth y un modelo de gobierno corporativo sólido.
“José Antonio, JALL para todo el equipo LLYC, nos deja un gran legado que cuidar y hacer crecer. Todos los que hemos tenido la inmensa fortuna de conocerle, trabajar y aprender con él le agradeceremos siempre su generosidad, su audacia y su brillantez, pero sobre todo su bondad. Nos deja un maestro, un mentor y un amigo.
«Seguiremos haciendo más grande su inmenso legado ”, ha expresado en nombre de todo el equipo de LLYC Alejandro Romero, socio y CEO Global.
Era Patrono del Museo del Barrio de Nueva York, miembro del Consejo Internacional de Mecenazgo de la Fundación Museo Reina Sofía y miembro del Consejo Asesor de la Fundación ARCO, que le había comunicado la concesión del premio al Coleccionista Español del Año en la edición 2024 de la feria
José Antonio Llorente Herrero, socio fundador y Presidente Ejecutivo de LLYC, quien nos dejó a la edad de 63 años en Madrid el 31 de diciembre. Esta inesperada pérdida ha generado conmoción en la firma y entre sus colaboradores, quienes han expresado su solidaridad y condolencias a su familia.
Nacido en 1960, Llorente comenzó su trayectoria en Agencia Efe y el departamento de comunicación de la CEOE, luego lideró como CEO la empresa Burson Marsteller en España antes de fundar LLYC en 1995. Su visión y enfoque en la innovación, así como su compromiso con el crecimiento profesional de los mejores talentos, convirtieron a LLYC en una firma líder en consultoría de comunicación, marketing y asuntos públicos en España, Portugal y América Latina.
Bajo su liderazgo, LLYC se ha expandido a nivel global, siendo una empresa cotizada entre las 40 mayores del mundo, con más de 1,200 colaboradores. Su legado trasciende los límites empresariales, pues su pasión por el arte contemporáneo, su filantropía y su compromiso social también han dejado huella en instituciones como el Museo del Barrio de Nueva York y la Fundación ARCO.