Según el estudio de Personality Media, Broncano es conocido por más del 90% de los menores de 30 años, donde goza de una excelente reputación

Los mayores de 46 años, con relación más fuerte con la cadena pública TVE, no ven a Broncano con los mismos ojos

El choque de imagen de Broncano con los valores más tradicionales de TVE son el reto estratégico a superar, con ‘La Revuelta’

David Broncano, el popular cómico y presentador español, vuelve el lunes , ahora en TVE, con controvertida La Revuelta  siendo  uno de los rostros más virales de la televisión gracias a su estilo fresco y humor irreverente, especialmente entre los jóvenes.

Según el estudio de Personality Media, Broncano es conocido por más del 90% de los menores de 30 años, donde goza de una excelente reputación. Casi el 60% de este grupo lo valora de manera positiva, destacándolo como uno de los presentadores más modernos y cercanos.

Sin embargo, la situación cambia drásticamente con los espectadores más adultos. Los mayores de 46 años, que tienen una relación más fuerte con la cadena pública TVE, no ven a Broncano con los mismos ojos.

En este grupo, las valoraciones positivas caen a la mitad y los detractores se duplican. Consideran que su estilo irreverente no encaja con los valores tradicionales de la cadena, como el respeto, un atributo clave para esta audiencia.

El reto estratégico para TVE será lograr atraer al público joven sin alienar a su audiencia más madura. Broncano, con su estilo disruptivo, representará un cambio significativo en la línea editorial de la cadena, y será la audiencia quien decida el resultado en las próximas semanas.

Broncano : Un riesgo y una oportunidad para TVE

Este choque entre la modernidad de Broncano y la tradición de TVE representa un riesgo y una oportunidad para la cadena, que intenta innovar en sus contenidos y atraer a un público más joven, aunque enfrentando el desafío de mantener su base de espectadores habituales.

El desenlace de este movimiento estratégico será observado de cerca, ya que podría marcar un antes y un después en la relación entre la cadena pública y la nueva generación de espectadores.