El 70% de los consumidores prefiere producto nacional aunque sea más caro.

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El 70% de los consumidores prefiere comprar producto nacional aunque sea más caro por el COVID-19. Son datos del  estudio “El impacto del coronavirus en estados de ánimo, hábitos y consumo” del profesor de EAE Business School Se trata de la segunda oleada del estudio “El impacto del coronavirus en estados de ánimo, hábitos y consumo” del profesor de EAE Business School Pablo Contreras.   “El impacto del coronavirus en estados de ánimo, hábitos y consumo” recoge datos de una encuesta online realizada a 1000 personas de todo el territorio nacional entre el 5 y el 12 de mayo. En el estudio se extrae que el 70% de los encuestados se inclina por comprar productos de fabricación nacional aunque sean más caros debido al COVID-19. Las mujeres, las personas con más edad y los encuestados con hijos son los más proclives a ello según la encuesta.

  • Un 66,2% de los encuestados prevé una disminución de los ingresos y de su capacidad económica
  • Un 76,3% de los encuestados prevé que reducirá su nivel general de consumo
  • Un 70% de los encuestados reducirá su presupuesto para las vacaciones. Un 24% cambiará el turismo internacional por el turismo nacional
  • El presupuesto para la restauración se verá reducido en un 78,6% de los casos
  • El presupuesto para alimentación saludable se verá reducido en un 29,1% de los casos, siendo la partida de gasto menos afectada por esta crisis
  • El 19,3% evitará entrar en las tiendas por miedo al contagio, mientras que un 68,2% no ve problema en ello
  • Un 36% prefiere comprar en online a raíz de la pandemia; un 52% prefiere el comercio de proximidad y solo un 12% prefiere ir a un centro comercial o gran superficie
  • Un 70,2% de personas afirma llevar anímicamente “bastante bien” o “muy bien” el confinamiento

No obstante, un 76,3% de los encuestados prevé una disminución de su nivel general de gasto. “Este porcentaje es superior en 10 puntos a quien piensa que bajarán sus ingresos, lo que apunta a una mayor prudencia general en el consumo aunque no afecte tanto a los ingresos”, afirma Contreras, autor del estudio. “Este dato contrasta con el apuntado anteriormente sobre una preferencia por el producto nacional aunque sea más caro, lo cual sugiere una reorientación cualitativa del gasto de las familias con criterios a la par racionales y de compromiso con la recuperación económica”, explica el profesor.

Asimismo, hay una leve reducción en el número de personas que afirman que bajará su capacidad económica entre la primera oleada del estudio (69,6%) y la segunda oleada (66,2%). “Ello puede deberse a que hay un escenario algo menos incierto en esta fase con el inicio de la desescalada en estos días que el que había en marzo durante los primeros días del confinamiento”, agrega el profesor Contreras. De hecho, el sentimiento de incertidumbre que en marzo se situaba en el 64%, ha bajado ligeramente al 61,5% de encuestados.

Sin embargo, destaca la diferencia entre el porcentaje de personas que reduciría su consumo y su capacidad económica: en marzo era de 5,5 puntos y, en mayo, esta diferencia ha subido a 10,1 puntos, casi el doble. “Esto apunta a un mayor nivel aún de prudencia y selectividad en el gasto en mayo que en marzo”, indica el autor del estudio.

Un 74,2% de los encuestados manifiesta que su presupuesto para actividades de ocio se verá reducido, y en un 37,3% de los casos bajará “mucho”. Destaca también la caída en el presupuesto destinado a comer fuera del hogar, que prevén un 78,6% de las personas preguntadas.

 

Similar suerte corren los espectáculos, cuyo presupuesto ser verá reducido en un 73,1% de los casos; un 35,1% de los encuestados afirma que su presupuesto para ello “bajará mucho”. Otra de las partidas que se verán más afectadas por los recortes es la compra de productos de lujo o productos Premium, con reducción por parte del 81,6% de los encuestados (el 55% bajará  mucho).

Respecto al gasto para las inminentes vacaciones de verano, un 70% de encuestados reducirá su presupuesto; de ellos, el 24% simplemente no hará vacaciones y otro 24% cambiará el turismo internacional por el nacional (un 16,5% del total de encuestados).

 

Por otro lado, aunque también sufrirá algún recorte, lo hará en menor medida el presupuesto destinado a la alimentación saludable pasando del 32,1% al 29%. Esto es un indicativo de la importancia que se asigna a esta categoría.

 

PREFERENCIAS EN LAS COMPRAS EN EL POSTCONFINAMIENTO

 

El modo de comprar también ha cambiado debido al Covid-19, y algunos cambios se mantendrán durante el postconfinamiento.

De las encuestas realizadas se extrae que un 19,3% evitará entrar en las tiendas por miedo al contagio, mientras que un 68,2% no ve problema en ello. Un 81% de encuestados no pone inconveniente en que las tiendas admitan devoluciones, aunque un 10,3% no está de acuerdo con esta práctica. Un 28,2% dice que no se probará la ropa por miedo al contagio a diferencia de un 48,1% que sí lo hará. Un 58,7% afirma que se sentirá seguro al saber que la ropa se desinfectará en la tienda, en contraposición a un 18,1%.

Respecto a la bisutería, un 39,4% no considera correcto que se permita probar y un 32,8% sí lo ve adecuado. Un 50,4% considera correcto que las tiendas no admitan pago en efectivo mientras que un 35,6% no lo considera correcto.

Un 52% de personas preferiría comprar en tiendas locales; un 36% prefiere comprar en online y solo un 12% en gran superficie o centro comercial. Los menores de 36 años muestran una muy clara predisposición a comprar online, muy superior a la media. Los mayores de 46 años muestran clara predisposición al comercio local. La preferencia por grandes formatos de retail es baja en general, y algo mayor a la media en jóvenes y mayores.

LOS ESTADOS DE ÁNIMO 

 

Un 70,2% de las personas encuestadas afirma que, en general, lleva anímicamente bastante bien o muy bien el confinamiento. Sin embargo, el estudio también apunta que la incertidumbre sigue siendo el sentimiento que prevalece en un 62% de encuestados; hace dos meses estaba en el 64%, lo que indica una reducción muy pequeña.

Un 44% se siente animado/a frente al 48% de marzo, un descenso de 4 puntos o del 5% respecto a la primera oleada. Llama la atención que el temor ha bajado del 26,5% del mes de marzo al 21% de casos en mayo. El sentimiento de tristeza ha bajado todavía más, del 17,5% en marzo al 11,4% en mayo. La sensación de inseguridad ha pasado del 27,4% al 21%. “La “experiencia” acumulada por las personas, la adaptación a la situación, las perspectivas que ofrece la desescalada y la mayor cercanía a una cierta normalidad ayudan a explicar esta evolución”, apunta el profesor de EAE Pablo Contreras.

PREVISIONES Y PERSPECTIVAS DE FUTURO

 

En relación con las previsiones particulares de los encuestados, sobre cuándo consideran que se volverá a una situación de relativa “normalidad”, un 28,5% de personas opina que será a lo largo del 2020, aunque un 60% piensa que no será hasta 2021, incluso un 35% pospone esta vuelta a la normalidad a después de marzo de 2021. Un 11% no sabe qué contestar.

La recuperación de la economía hasta regresar a la situación previa al Covid-19 se estima en 2022 según un 34,7% de los encuestados; un 12% piensa que será en 2021 y el 41% piensa que será después de 2022.

Preguntados los encuestados sobre las perspectivas de su sector en concreto, los más optimistas son los del sector de fabricación de productos de alimentación, sanidad/farmacéutico, tecnología, informática, telecomunicaciones y enseñanza. Los más pesimistas con el futuro de su sector son los profesionales del mundo de la construcción, inmobiliario, restauración, turismo y viajes.

LAS EMPRESAS Y SU RESPUESTA ANTE EL COVID-19

 

Cuando se evalúa el papel de las empresas en esta crisis, un 63% de los encuestados afirma que tendrá en cuenta la actuación de las empresas en sus decisiones de compra futuras, un dato que baja desde el 72% registrado en la encuesta de marzo. Asimismo, las empresas que “se aprovechen” de la crisis para ganar más dinero contarán con el rechazo del 75% de encuestados.

Y un aspecto que en general suscita creciente disconformidad es la realización de ajustes masivos de plantilla como consecuencia de la pandemia: en marzo lo valoraba así el 58% de las personas preguntadas; esta cifra ha subido en mayo hasta el 63%.

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