Pedrita Parker se une a la campaña ‘El idioma del corazón’ de AstraZeneca

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Pedrita Parker se une a la campaña ‘El idioma del corazón’ que ha puesto en marcha AstraZeneca para dar visibilidad a la insuficiencia cardiaca, una enfermedad prevalente pero muy desconocida. 

AstraZeneca ha puesto en marcha la campaña ‘El Idioma del Corazón’, una iniciativa que se apoya en una plataforma online, que cuenta con la colaboración de la la World Heart Federation y de la Fundación Española del Corazón (FEC) 

La puesta de largo de ‘El Idioma del Corazón’ coincide con la conmemoración este domingo del Día Europeo de Prevención del Riesgo Cardiovascular. La nueva plataforma online elidiomadelcorazon.es se encuentra ya operativa y cuenta también con un canal en Facebook

 

La insuficiencia cardiaca pese a sus implicaciones sobre la salud e importante prevalencia, se estima que afecta a entre el 1% y el 2% de la población adulta en Españasiendo una patología mucho más desconocida que otras e, nfermedades cardiovasculares como el infarto o la arritmia.

 

Para tratar de sensibilizar a la población general sobre la importancia de escuchar los síntomas, solicitar ayuda médica y acelerar el diagnóstico y tratamiento, la compañía AstraZeneca ha puesto en marcha la campaña ‘El Idioma del Corazón’, una iniciativa que se apoya en una plataforma online, que cuenta con la colaboración de la la World Heart Federation y de la Fundación Española del Corazón (FEC) y que aporta información útil y accesible sobre esta enfermedad tan poco conocida.

 

AstraZeneca ha difundido al mismo tiempo un cómic, diseñado por la ilustradora Pedrita Parker, que recorrerá el ‘viaje de un paciente’ desde la aparición de los primeros síntomas hasta la toma de control de la enfermedad.

 

 

‘El Idioma del Corazón’

 

Algunos datos que se incluyen en ‘El Idioma del Corazón’ son tan desconocidos como reveladores. Así, 64 millones de personas en todo el mundo[3] y cerca de 720.000 personas en España padecen insuficiencia cardiaca2. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad y origen, aunque la mayoría de los pacientes superan los 65 años1 y las estimaciones médicas apuntan que el número de pacientes irá en aumento, hasta el punto de que uno de cada cinco adultos de 40 años o más desarrollará insuficiencia cardiaca en algún momento de su vida[4].

 

La enfermedad sigue siendo hoy y, pese a los avances de los últimos años, tan mortal como algunos de los tipos de cáncer más comunes tanto en hombres (cáncer de próstata y vejiga) como en mujeres (cáncer de mama)[5] y es además la principal causa de hospitalizaciones en personas mayores de 65 años[6]. De ahí la importancia de la concienciación, que podría ayudar a reducir los ingresos hospitalarios de las personas que viven con insuficiencia cardiaca y a rebajar también la carga económica de la enfermedad que, según el estudio Costes y utilización de atención médica en pacientes con insuficiencia cardíaca en España[7], se eleva en España por encima de los 15.300 euros durante un periodo de cinco años.

 

Cómo mejorar el pronóstico

 

El pronóstico de las personas que viven con insuficiencia cardiaca puede variar de un caso a otro, por lo que el manejo proactivo de la afección resulta de gran importancia y puede ayudar a disminuir su gravedad. Para conseguirlo, es importante conocer los síntomas y factores de riesgo.

Los síntomas de la insuficiencia cardiaca pueden ser difíciles de detectar ya que podrían confundirse con otras patologías o directamente con el envejecimiento o la falta de forma física. Una encuesta reciente encargada por AstraZeneca demostró que pocas personas pueden identificar los síntomas más comunes de insuficiencia cardiaca[8]. Los más frecuentes son: dificultad para respirar, cansancio o fatiga sin causa aparente e hinchazón en los tobillos, piernas o abdomen[9],[10].

Otros síntomas menos comunes son:  frecuencia cardiaca rápida o irregular, falta de apetito y náuseas, tos o sibilancias persistentes y dificultad para concentrarse o confusión.9,10

 

. Existen, sin embargo, algunas señales de alerta que nos pueden hacer sospechar como tener más de 60 años, sufrir alguna enfermedad cardiovascular previa, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la enfermedad renal crónica (ERC), la apnea del sueño, el consumo de alcohol y/o tabaco, y el sedentarismo y/o la obesidad.[11],[12],[13] Practicar ejercicio físico, seguir una dieta equilibrada, evitar el consumo de alcohol y tabaco y controlar la presión arterial de forma regular pueden ayudar a reducir riesgos, más aún, si existen antecedentes familiares en la familia.

 

Si aparecen los síntomas descritos, es importante visitar al médico. El diagnóstico de la insuficiencia cardiaca es el primer paso para tomar las riendas de la enfermedad.

 

‘Contexto COVID-19’

 

Las personas con insuficiencia cardiaca, diabetes y otras patologías crónicas son especialmente vulnerables ante la COVID-19[16]. Quienes sufren estas enfermedades pueden mostrarse más inseguros con el manejo de su enfermedad ante sistemas de salud muy tensionados por la pandemia. Es importante, sin embargo, que mantengan el contacto con su médico y acudan a consulta, más aún si hay cambios en sus síntomas.

 

 

 

 

 

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