La Asociación de Usuarios de la Comunicación pide que el nuevo Gobierno mantenga el compromiso de que el dividendo digital no costará dinero a los ciudadanos. AUC advierte que los nuevos desarrollos audiovisuales como 3D o televisión conectada obligarán a nuevos gastos. El llamado “dividendo digital” consiste, básicamente, en liberar parte del espectro radioeléctrico terrestre ocupado ahora por las televisiones, el cual pasa a manos de los operadores de telecomunicaciones para permitir el desarrollo de la banda ancha.
Para llevar a cabo ese proceso, que de acuerdo con la Ley de Economía Sostenible debería estar finalizado el 1 de enero de 2005, el Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes 18 un Plan Marco de actuaciones para el periodo 2010-2014. Entre esas actuaciones se incluye una nueva adaptación de las antenas, que se calcula afectará a cerca de un millón de edificios, y se contempla un plan de compensaciones para esa adaptación con cargo al dinero pagado en la subasta del espectro por los operadores de telecomunicaciones. Con ello se pretende evitar a los ciudadanos “los perjuicios ocasionados por la liberación del Dividendo Digital”, cumpliéndose así lo señalado en el artículo 51 de la Ley de Economía Sostenible, según el cual “Los costes derivados de la reorganización del espectro radioeléctrico (…), serán sufragados por la Administración con los ingresos obtenidos en las licitaciones públicas que se convoquen para asignar espectro radioeléctrico”.
Tras el anuncio del Consejo de Ministros, la Asociación de Usuarios de la Comunicación ha pedido que el nuevo Gobierno mantenga los compromisos adquiridos, y que los ciudadanos no tengan que pagar el coste de este dividendo digital o de los que pudieran venir en el futuro.
Según AUC, los usuarios han hecho un importante esfuerzo “reantenizando” y renovando su equipo de televisores para adaptarse al cambio supuesto por la llegada de la TDT, sin que en muchas ocasiones ese esfuerzo se vea compensado todavía por grandes beneficios en cuanto a calidad de la oferta y a las mejoras tecnológicas (HD, servicios interactivos). No sería por ello de recibo que tuvieran que afrontar ahora un nuevo coste económico al menos en lo que se refiere a las infraestructuras, teniendo en cuenta además que los nuevos desarrollos audiovisuales que son ya una realidad (3D, televisión conectada a Internet) van a obligar a los ciudadanos a un nuevo gasto en televisores en poco tiempo.
