Campofrío envía una capsula con sus productos al espacio para evaluar cómo se comportan sus «curados» en este medio cara a las misiones a Marte.

La cápsula se lanzó en Aranjuez (Madrid), y se recuperó este viernes tras ascender 32,5 km, en Guadalajara, proporcionando espectaculares imágenes de la Tierra. El motivo de este interés proviene de los informes del Laboratorio de Sistemas Alimenticios de la NASA que emitió recientemente un informe anunciando que las próximas misiones tripuladas a Marte, además de llevar astronautas con conocimientos de gastronomía para poder cocinar sus propios alimentos por lo prolongado del viaje, llevarán asociadas varias naves espaciales que actuarán como “almacenes de comida”. Las naves se lanzarán con uno o dos años de anterioridad para que puedan ser utilizadas por los astronautas durante su misión espacial.

Con esta información y retomando el proyecto que se inició en 2003 con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Campofrío ha enviado al Espacio, en esta ocasión en colaboración con el Proyecto Daédalus, una cápsula espacial con diversos snacks para conocer cómo se comportan y se conservan los productos curados en el Espacio. “Nuestro punto de partida es comprobar que por muy lejos que estés, es posible comer algo rico y apetecible como un snack, y quienes más alejados se encuentran de su hogar son los astronautas”, asegura Jorge Martínez Villena, Director de Marketing de Gama de Campofrío.

El lanzamiento de la cápsula, realizado en Aranjuez (Madrid), concluyó este viernes con éxito con su recuperación en las inmediaciones del pantano de Buendía (Guadalajara) tras haber ascendido alrededor de 32,5 km, “donde el 96% de la atmósfera está por debajo, y donde la temperatura alcanzó los 70º bajo cero y la presión los 6 milibares, asemejándose a las condiciones de la superficie de Marte”, asegura Fernando Ortuño, responsable del proyecto Daedalus en el que participan diversos aficionados a la investigación aeroespacial. De su interior se han recuperado los snacks de Campofrío –minifuets, minichorizos y mini barritas de pavo, Jamoninos y Pavoninos- que, a priori, no han sufrido de variaciones ya que la cápsula estanca ha mantenido una temperatura de 10ºC, y se han obtenido espectaculares imágenes de la Tierra grabadas con una cámara situada en el exterior de la sonda.

Campofrío inició las primeras pruebas en torno al envío de alimentos al Espacio hace ocho años. “En 2003 estudiamos junto al Consejo Superior de Investigaciones Científicas la posibilidad de enviar productos cárnicos curados al espacio; esto es importante porque desconocíamos cuáles podrían ser los efectos sobre estos productos de las condiciones especiales de ingravidez y sometimiento a radiaciones solares”, explica Fernando Gil, Director de I+D Curados de Campofrío España.

Por su parte, el prestigioso Chef ejecutivo y Director del Casino de Madrid, Paco Roncero, puso el punto gastronómico al experimento espacial asegurando que “estar mucho tiempo en mitad de la nada debería ser compensado con una comida mucho más agradable a los sentidos, con productos sanos y ya elaborados”. Y añade que “difícilmente los productos liofilizados pueden entrar por los sentidos, y si la comida no entra por los ojos hemos fracasado”.

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