Margarita Alvarez a El Programa de la Publicidad: «Habrá un segundo Congreso, tras el éxito de éste». Eduardo Punset nos recordaba la importancia histórica del evento «asistir por primera vez en la historia de la evolución (que empezó hace tres millones de años) a un congreso sobre la felicidad». En declaraciones a «El Programa de la Publicidad» de Gestiona Radio, Punset explicanba que el único camino para instalar la felicidad «está en comenzar con los niños a los 3 a 6 años» y remitió a los antibióticos, la alimentación saludable pero, sobre todo, a «lavarse las manos» el hecho de «haber triplicado la esperanza de vida de los seres humanos». El Congreso terminó a mediodía del miércoles con la conferencia del primer ministro de Bután, Jigmi Thinley, (que parecía el rey de Siam) «que nos ha demostrado sus esfuerzos por llevar un país en el que la felicidad es casi un decreto constitucional «- dice el blog del evento. En el mismo se recoge que para ser felices, hay que cumplir unas condiciones: «Tener un proyecto entre manos, una meta que nos motive pero sin dejar que nos palaste. Aprender que no somos el centro del universo. Aceptar cómo somos, cómo vivimos y lo que tenemos. Seguir confiando en nosotros después de un aparente fracaso. Cultivar las relaciones sociales, tener inteligencia social. Saber decir que no en el trabajo, saber delegarlo. Gestionar bien nuestro tiempo». En la mañana de hoy Manuel Pimentel dió su decálogo para alcanzar esa felicidad, «como observador de la felicidad» aunque «me siento feliz», «como caminante en la búsqueda del conocimiento y la aventura de la sabiduría».»Tu vida es el camino en el que hay sueños y metas». «La felicidad no puedes diferirla, sino aprender a vivirla, en cada jornada buena o mala».» La felicidad no es permanente. Es un diferencial y como en el cálculo matemático, tiene sentido cuando la integras». «No tengas metas únicas». «Aprende a ser sensible y a mutar». «Que las metas te estimulen pero no te aplasten. Que saquen lo mejor de tí». «No seas rígido y apóyate en el bastón de tu talento». Pese a todas estas ideas siguió con su 5º mandamiento, aunque el resto ya lo eran. Y puso como ejemplo la película de «El candidato» que se preguntaba ¿Y ahora qué? No dejarse vencer por la vacuidad tras lo conseguido. El 6º mandamiento era no seguir permanentemente el «más lejos,más lejos, más lejos…» de Alejandro Magno, con su juventud y su belleza. «No siempre ese «más lejos», es lo mejor para nuestras vidas». En todo momento debo entender que si quiero tener otra meta, que sea la que mejor me hace sentir, y no siempre estará más allá. El 7º, que cada parte de tu vida se integra en el todo global. Cada jornada es parte del libro, la novela, de nuestra vida. Sartre lo consiguió en las trincheras durante la I Guerra Mundial planteandose que aquello era parte de una novela que le haría más fuerte. El 8º mandamiento de ese decálogo forma parte del pensamiento de Raymon Carver. «Tú no eres tu personaje, pero tu personaje sí que eres tú». «Eres mucho más de lo que haces y de lo que tú crees». «Conócete a tí mismo y a ese «yo actor» que todos ven, frente al «yo real». El 9º es no seas actor secundario de tu historia. «»Intenta influir en el argumento de tu vida. Los personajes son más reales que nuestra propia concepción. Si conocéis vuestro propio personaje sabrás qué le impulsa». Finalmente el 10º pasa por «no estar solo». «Ayúdales y ayúdate». «Con este niño (nieto), los animales, las plantas, los pájaros, e integra el dolor en un camino hermoso. Superar el dolor nos hace más sabios y fuertes y cada paso a la sabiduría es un paso más a la felicidad perfectible». El Padre Angel de Mensajeros por la Paz, no entendía porqué estaba en el Congreso. «Soy testigo de mucho dolor, de hasta guerras teledirigidas pero también de la generosidad de cooperantes y hasta periodistas».»He visto a miles de personas sin hogar, sin ropa ni familia, en Haiti, pero también ví brillar la bondad humana entre el dolor, en cooperantes y periodistas tras terminar su trabajo, recogiendo a víctimas de bombardeos, o a un diplomático suplicar en una aduana negociando que nos dejaran pasar antibióticos a un país que lo necesitaba o a la Reina Sofia, llorar ante el dolor. He visto como la felicidad venía de la mascarilla del soldado que se la ofrecía a los niños para que jugaran..» «Es bueno hacerse la pregunta de ¿qué puedo hacer por los demás? A veces con muchas infraestructuras solo he podido rezar un avemaría cerca del que sufre, y alivia. En 2001 tras el terremoto de El Salvador pedí disculpas a una mujer porque no me quedaba nada que darle, y solo pude coger sus manos y pedirle perdón porque se me había acabado todo y fué ella misma la que me agradeció «por haberme escuchado y porque vd ha venido a estar con nosotros y eso es suficiente». El padre Angel habló de una última frontera que es la «felicidad de los mayores» » que no son o están serios porque estén solos, sino olvidados, pero podéis recordarles su familia y amigos y preguntarles al menos «qué tal estás». «Se habla poco de la felicidad» pero ¿se imaginan un mundo en que los que menos tienen fueran los que consolaran a los que lo tienen todo? Un mundo más feliz es posible si hay solidaridad, que es un camino de ida y vuelta que siempre se multiplica». En el II Informe de la Felicidad se recoge que la soledad causa más muertes que el Sida o el cáncer».»Nunca ha habido tantos Vicentes Ferrer o Mohamed Yunus. Esa solidaridad la han recogido 40.000 ONG`s en todo el mundo». «Me siento feliz porque después de la vida, darse a los demás es la mayor aventura para conseguir un mundo más feliz para todos y para eso nos creó Dios. Para repartir felicidad». «La felicidad está en querer y dejarse querer».
En contrarte con lo anterior Edurme Pasabán puso de manifiesto que tener una infancia difícil por una larga enfermedad, no afectó a su adolescencia. Pero mirar a los chicos como es habitual a esa edad «no me llenaba». Tuvo que superar una grave depresión, en 2006 pero lo superó. «La montaña me ha dado mucho, incluso amigos, aunque también me los ha quitado». «Me enseñó a triunfar y a fracasar. Pero si algo tengo claro es que la felicidad bien entendida empieza por uno mismo si queremos ayudar a los demás y que mi proyecto de vida fueron los 14 ocho mil. Pero ahora me he propuesto nuevos retos para mis próximos 34 años». «Me he equivocado al creer que la felicidad depende de los demás. El estar bien no está más que en tí». La escaladora sintió tristeza por los que dedican tiempo a envidiar y a la infelicidad que les causa. Soy feliz si el que está a mi lado es feliz, empezando por mi misma».