Todos provocaron el estado de levitación general que señalaba a El Programa de la Publicidad» Marcos de Quinto, Presidente de Coca Cola Iberia, El monje budista y asesor del Dalai lama, Matthieu Ricard, sor Lucía Caram, monja Contemplativa; Jaume Sanllorente, fundador de “Sonrisas de Bombay”, Eduardo Punset o Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Transplantes. El Monje budista explicó con imágenes y gráficos que ampliar el amor altruista es el mejor camino para la felicidad. Ricard apuntó una investigación de la Universidad de Wisconsin sobre que “el hombre más feliz del planeta, señaló que “no podemos ocuparnos sólo de nuestra felicidad, la búsqueda de la felicidad no funciona sin la de los demás”. Para el asesor del Dalai Lama, “ampliar el amor altruista es el camino de la felicidad, con ambos conceptos profundamente enlazados y el reto de nuestro tiempo” y explicó que el altruismo para él es “tener más consideración por los otros”. Añadió además que “quizás ahora estamos al diez por ciento en cuanto al altruismo, en relación a alcanzar la felicidad”. Ricard sobre el estudio de su cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin (EEUU) definió la felicidad también la felicidad como una capacidad que tenemos que ejercitar a través de la meditación y el altruismo y que depende en gran medida de nosotros. “Hay mucho que depende de nuestro estado mental interno. Cuando vemos a gente que tiene todo para ser feliz y luego entran en una depresión, es porque su estado mental interno puede eclipsar las condiciones externas, podemos estar en un paraíso y sentirnos desgraciados”.
En la jornada también ha participado sor Lucía Caram, monja Contemplativa del Convento Santa Clara de Manresa. Sor Lucía Caram ha explicado que según su experiencia personal “el
secreto de la felicidad está en dar más que recibir, está en amar la vida y en compartirla cada día, en celebrarla y en vivir sin retener.” Y confesó que “quiero lo que hago cada día, mi felicidad radica no en hacer lo que quisiera sino lo que demandan las obligaciones que he adquirido”. Añadió que “mi libertad es vivir para los otros, mi felicidad es estar expropiada para la vida pública”. Sor Lucía declaró «No voy a renunciar a la utopia. Era una monja de clausura con mi vida solucionada. Hoy soy contemplativa y me niego a aceptar el dolor, el sufrimiento y la falta de amor. He sufrido la incomprensión y me consideran de izquierda peligrosa y los anarquistas de derechas y nos boicotean. He pasado insomnio y la traición de amigos que querían una monjita de una institución cada vez más irrelevante. La única solución válida (al sistema deshumanizador) es tomar alternativas y simplificar nuestra vida, no creandonos tantas necesidades. El secreto de la felicidad más que dar y recibir es amar la vida y celebrarla. La felicidad de verdad es vivir sin retener. San Francisco de Asis, no quería que sus hermanos tuvieran posesiones porque necesitarían armas para defenderlas. Mi voto de castidad no me cierra a nada. Mi corazón esrta lleno de nombres grabados a fuego y es la felicidad en estado puro. La felicidad es una forma de ir por la vida sin nada que perder porque ya todo está entregado. Por fin estoy liberada en manos de mis hermanos para que ellos dispongan de mí. Se que mi libertad es vivir para los otros y estar expropiada para la utilidad pública como lo estaba Jesús de Nazareth».
Rafael Matesanz, explicó desde su conocimiento en el campo de los trasplantes que “cuando uno es feliz trasmite esa felicidad a los demás y la inversa también ocurre lo mismo”. Explicó que la importancia de ser donante es que “Todos debemos ser donantes, porque todos podemos necesitar de esa solidaridad”. Entre las cifras que ponen a España a la cabeza de los
trasplantes a nivel mundial, dijo que “de cada 100 familias a las que se les piden que donen los órganos de sus familiares, sólo 15 dicen que no. “Es un valor colectivo muy importante. Los inmigrantes están donando al mismo nivel que los españoles y es un ejemplo de integración”. Algo parecido a lo explicado por Blanca López Ibor en debate con José María Iñigo, Javier Sádaba, Almudena Armijo o Antonio San José. López Ibor explicó que en su experiencia «se puede ser feliz ante el sufrimiento de un hijo grave. Los padres nos lo han enseñado y también cuando se curan. Me han enseñado los padres de los niños que murieron que son felices de haberlo intentado y me dicen que lo siga intentando. Son felices porque su pregunta de por qué cambia a para qué y están en marcha». «Me dicen ‘Somos mejores personas y hemos tenido a un niño que nos ha dado una lección de vida impreionante’ y salen a volcarse en los demás y fijarse en el dolor de los demás y se convierten en luz, y hay gente creyente y que no. “No te enfades con alguien que no existe”, les digo en esos casos. El dinero no compra la salud, -no siempre afortunadamente- y el amor es la respuesta”.
En el mismo sentido el fundador de la ONG “Sonrisas de Bombay”, Jaume Sanllorente habló de cómo dejó su medio económico y las relaciones públicas de un local de un futbolista del Barcelona al conocer las injusticias de la India y a gente que «pese a su adversidad te ofrecía siempre una sonrisa, aunque no pudiera dar de comer a su familia». “En ningún momento pensé en mí, porque muchas veces nos aprisionamos en nosotros mismos, un tanto por ciento de nuestras angustias son cárceles que nosotros hemos construido a nuestro alrededor, somos nosotros mimos los que podemos encontrar el cerrojo y salir y darnos a los demás”. Finalizó su ponencia con su propia definición de felicidad “Vivimos en un jardín. La felicidad es belleza si queremos vivir en ese jardín, somos nosotros los que tenemos que plantar las flores”. En este sentido Eduardo Punset dijo que “la felicidad es una historia donde son
cosas muy sencillas las que dan acceso a la felicidad”.
Punset puntualizó el descubrimiento, tras encerrar a niñas y niños de entre 4 a 10 años para un estudio de la universidad de Columbia, de que los cambios se los teníamos que sugerir en esta edad de 4 a 10 años, o ya no había nada que hacer para que tengan la curiosidad de ser felices casi todo el rato. Y descubrimos que lo que no sugerimos es mejor que nos olvidemos».