El verano y los incendios parecen un binomio indisoluble; al menos eso es lo que nos cuentan las 116.000 hectáreas quemadas anualmente entre 2000 y 2015, la mayoría de ellas, en verano. (Esta superficie quemada equivale aproximadamente a la de los municipios de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, La Coruña, Bilbao y Granada juntos). Se estima que más del 80% de los incendios forestales tienen al ser humano y su actividad como origen y un 30% de ellos se debe a descuidos. La Administración Central gasta al año seis veces más en extinguir incendios que en campañas de prevención.
Campaña “Cerillas que salvan bosques”
En este contexto, Reforesta presenta junto a Contrapunto BBDO la campaña “Cerillas que salvan bosques. Enciende tu conciencia, evita los incendios forestales”. Con el eslogan y la creación de un objeto simbólico, consistente en unas cerillas donde el fósforo es sustituido por una semilla, incurre en un aparente contrasentido para llamar la atención sobre la estrecha vinculación entre los incendios forestales y la degradación del suelo, que es la antesala de la desertificación. Las semillas son de mostajo (Sorbus latifolia), una especie autóctona que habita principalmente en el norte de la península.
La acción se ha iniciado con voluntarios de Reforesta repartiendo información y estas cerillas de forma gratuita en diferentes lugares de la Sierra de Guadarrama (Camping La Fresneda, zonas colindantes al Centro de Visitantes del Parque Nacional en Cotos, área de las Presillas de Rascafría y Puerto de Canencia).
La iniciativa continúa animando a la participación, pues a través de la web de Reforesta (www.reforesta.es) se ha habilitado un espacio en el que se puede registrar aquel monte o terreno que haya sido objeto de incendio forestal y aún no haya sido restaurado. Reforesta quiere recoger esta información y buscar la colaboración privada y pública para contribuir a su restauración.