El cambio en la parte del precio de la luz que controla el Gobierno afecta perjudica a los bajos consumos, las segundas residencias y las viviendas vacías, pero habrá quien vea descender un poco su factura desde el 1 de febrero. Desde el 1 de febrero la luz ha vuelto a subir. El alcance de este golpe bajo en el estómago del consumidor se entiende mejor repasando cómo se fija su precio. Lo que pagamos por la electricidad tiene 2 partes:
Peajes (o tarifas de acceso): aquí entra lo que cuesta el transporte y distribución de la energía, las primas a las renovables… y el famoso déficit tarifario (desfase entre ingresos y gastos del sistema). Esto es lo que regula el Gobierno y supone más de la mitad de lo que nos cuesta la luz.
Precio de la energía: se negocia día a día, hora a hora… pero para fijar la tarifa TUR (la que tienen la mayoría de ciudadanos) se celebran subastas trimestrales. A ellas acuden productores, comercializadoras y grupos de inversión.
En resumen: sube el mero hecho de tener contratada la electricidad y baja lo que cuesta consumirla. Esto perjudica especialmente a las segundas residencias y las viviendas vacías, pero también a quien consuma poca luz. Quien tenga un consumo medio o elevado lo notará menos (y habrá quien disfrute de una bajada). Los cambios, al estar provocados por la modificación de los peajes, afectan a todo el mundo, tanto a los que tengan la tarifa regulada (TUR) como a quien esté en el mercado libre.
Pero paradójicamente esta «subida» puede ser una bajada para algunos: Una casa con 4,6 kW de potencia y 3.500 kWh/año de consumo (en la media) verá bajar su factura un 0,4%. Para
escapar a la subida Revisar la potencia: si los «plomos» de la casa no saltan aunque uses muchos aparatos a la vez (lavadora, horno eléctrico, cocina…) es probable que tenga una potencia mayor de la que necesita. Bajar la potencia solo cuesta 10 euros y ahorra 54 euros al año por cada kW de menos.
Solo para consumos muy bajos: E.ON ha lanzado una tarifa (Mar y Montaña) que elimina el término fijo (potencia contratada) a cambio de pagar más por cada kWh consumido. El comparador OCU puede valorar por nosotros también esta opción. La nueva subida de la luz es fruto de la revisión de peajes que el Gobierno tenía pendiente desde diciembre. La factura que pagamos también tiene 2 grandes conceptos que ahora se ven alterados, según OCU:
Potencia contratada (término fijo): el precio de cada kW. Desde el 1 de febrero sube un 18%.
Electricidad consumida (término variable): el precio de cada kWh. Baja un 6,9%.