Se trata de la ponencia de Fausto Fernández de TAPTAP Networks en eShow, en la que ha destacado que el móvil se convierte en el medio idóneo para captar datos de los usuarios, aunquese debe hacer un uso ético de estos datos por parte de las empresas. Son palabras de Fausto Fernández de Moya, Business Development y Sales Director de TAPTAP Networks, en el congreso eShow Barcelona con la ponencia “El futuro de la publicidad móvil”, que ha aprovechado para lanzar una pregunta al aire: ¿sabemos qué saben de nosotros las empresas? Una reflexión acerca de los datos que compartimos con las empresas, información que muchas veces damos sin ser plenamente conscientes en redes sociales, tarjetas de fidelización, hábitos de consumo, etc.
Todos estos datos adquieren importancia desde el momento en que existe un profesional que descifra los datos encriptados y los transforma en información útil sobre un usuario. Estamos hablando de un perfil profesional muchas veces olvidado al hablar de publicidad móvil: el ingeniero de datos. La ingeniería de datos permite extraer conocimiento, muy valioso para las marcas, sobre los usuarios a partir de sus hábitos de conducta y de su interacción con el entorno, logrando de esta manera generar mensajes publicitarios de mayor efectividad dirigidos a su público objetivo.
El terminal móvil tiene una característica que los demás soportes publicitarios no tienen: acompaña en todo momento al usuario. Según recogen los estudios de comScore, hoy en día, en España más del 50% de los terminales son Smartphone, de los cuales el 49,7% de ellos acceden a internet de manera habitual. El terminal puede ofrecer información muy completa de su propietario: dónde está, dónde come, qué páginas web visita, qué compra, sobre qué se informa, etc. “Nuestro ADN publicitario es único, exclusivo y dinámico, más allá de targets generalistas elaborados a partir de sexo, edad o intereses.”, ha comentado Fausto Fernández.
Pero toda esta información que poseen las empresas de sus clientes puede generar dudas respecto al equilibrio entre personalización y privacidad. Sobre esto, Fausto ha comentado que la personalización y la privacidad pueden convivir éticamente siempre y cuando exista transparencia por parte de las operadoras y fabricantes de hardware y software, es decir, que los usuarios sepan qué datos tienen, para qué los usan y tengan siempre la opción de denegar su uso. Fausto ha puesto como ejemplo un caso muy controvertido: un centro comercial en Estados Unidos envió información publicitaria sobre bebés y maternidad a una chica adolescente. El padre de la chica mostró discrepancias con la empresa al recibir dicho mensaje publicitario. Finalmente, la chica admitió que estaba embarazada, y que había ocultado esta información a su familia. El centro comercial tuvo acceso a esta información por el tipo de compras que había hecho la joven últimamente, anteponiéndose a las futuras necesidades de la clienta. «El futuro de la publicidad es predecir las necesidades de cada usuario de forma particular y exacta; y el medio que recoge todo el universo de información acerca de nosotros es aquel que siempre nos acompaña: El móvil”.