Este lunes, 27 de mayo, se presentaba en Madrid “Micropoderes”, nuevo libro de Núria Vilanova que analiza cómo el poder de decisión en las grandes empresas se está desplazando de la cúpula directiva a las bases de la organización. El equipo humano está adquiriendo en las empresas un creciente poder de decisión, una tendencia en auge que sin duda condicionará en los próximos años la dirección de las organizaciones y que se ve alentada, entre otros factores, por la influencia de las redes sociales. Núria Vilanova, presidenta de Inforpress, ha analizado este fenómeno en “Micropoderes: Comunicación Interna para empresas con futuro”. El liderazgo, la gestión de equipos, la marca interna o la comunicación en la empresa son algunos de los puntos clave de un libro que presenta los casos de éxito de 20 compañías de renombre en España que han conseguido hacer frente a la crisis favoreciendo la participación del trabajador en los procesos de innovación. “Estamos asistiendo al fin de la gestión empresarial en solitario para adentrarnos en una era en la que el colaborador adquiere cada vez más influencia y contribuye con sus ideas e iniciativas a que la organización sea más competitiva”, afirma Núria Vilanova. La autora del libro está convencida de que en los próximos años “ningún consejero delegado, ningún presidente, podrán salvar sus empresas en solitario. Los poderosos son hoy menos poderosos porque nos encontramos en la era del micropoder, en la que todos somos corresponsables”.
Considerada una de las 100 mujeres más influyentes de España por el portal Equipos y Talento, Núria Vilanova fundó en 1988 la empresa Inforpress. Para escribir “Micropoderes” ha analizado –entre otros- los casos de empresas españolas en las que el micropoder de los trabajadores se está consolidando a pasos agigantados. “Hoy en día, el éxito de una empresa requiere de la fuerza de todo un equipo, -ha señalado- donde todos los colaboradores sean corresponsables, sepan enfrentar la globalización y, ante todo, logren adaptarse al cambio. Solo hay un hilo conductor que hace posible cada uno de estos retos: la comunicación. Porque en el nuevo entorno, la comunicación se convierte en la única herramienta capaz de unir a los micropoderosos. Y es que el éxito de una empresa requiere hoy la fuerza de todo su equipo”, añade Vilanova.
En la presentación del nuevo libro de Núria Vilanova también intervenieron Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola; Patricia Abril, presidenta de McDonald’s España; y Carina Szpilka, CEO de ING Direct, líderes empresariales que explicaron cómo están afrontando e incentivando esta nueva tendencia en sus respectivas organizaciones.
Para Vilanova «Micropoder» explica que «las empresas necesitan ser globales, pese a contar con miles de personas a distancia, consiguiendo compartir valores y comunicación interna. Todos necesitan reinventarse. Una telefonía me decía que ‘ya nuestro futuro no será vender servicio de voz, y necesitamos demasiadas nuevas ideas para convertir a empleados que necesitamos que fueran emprendedores para que seamos empresas con futuro, con la comunicación». «Ahí está el caso de Kodak, que tras analizar el plan de la cámara digital, lo guardaron en un cajón, porque temían echar por tierra el negocio de los carretes, con el resultado sabido. Se trata de convertir a los empleados en héroes, con nuevos perfiles. El liderazgo imperfecto requiere reconocer tus debilidades, tus fuerzas y liberarte de ellas pidiendo ayuda a tu equipo para que te complemente. Queda atrás el héroe Superman y creo en un liderazgo que sabe descubrír y sacar al Superman o Superwoman que llevamos dentro. Algunos líderes han estado secuestrados dentro de sus compañías y poca información de lo que pasa en el mundo».
«A algunos políticos les deciamos antes que debían salir más a la calle. Hoy les decimos que debían salir a las redes sociales e internet que son las nuevas calles de hoy. Y este líder debe ser digital, porque internet nos ha cambiado los parámetros, como actuar de manera más espontánea, de más interes, con más talento, para compartir información, y los líderes tienen que ser digitales. La gamificacion de la realidad demuestra a su equipo su compromiso con la compañía y el de los empleados más emprendedores que acepten el cambio y estén lo suficientemente estresados, pero no demasiado, para que no les paraliza e inhiba de las conexiones neuronasles. Y lanzamos la ‘imprimación’ concepto que sólo entendían o los muy intelectuales, o lo que -como yo- lo habíamos aprendido de lo que habíamos visto en «Crepúsculo» y las que lo que quieren ver en Leroy Merlin es saber como llega la pintura hasta el fondo». «Cada vez necesitamos más la solidaridad para hacer cosas imposibles y hacer las cosas más difíciles, con sentimientos más trascendentes y tratar el tema de los valores. Al contratar y despedir. Por ejemplo cuando se despide a alguien que nos hace ganar mucho dinero, porque no cumple los requisitos. Somos cada vez más audiovisuales». Destacó la importancia del storytelling.
Para Patricia abril, «las ventajas competitivas cada vez duran menos. Si hablamos de las de futuro, están en su forma de gestionar y de sacar lo mejor de la organización y dejar atrás la mera ejecución». «El objetivo de toda organización debe ser compartir los valores, estrategias, y si los resultados de algo que va por delante tienen que ver algo fundamental y que todos entiendan que su papel es fundamental aportando valor a las empresas. Que el éxito viene de la ilusión e innovación a la organización. Ir a directrices menos directivas para que todos los empleados tengan espacio para mejorar como punto de ideas distintas. se trata del empowerment que todo empleado debe sentir que tiene y que es importante para la organización. Una cultura de compartir los mismos valores y que todos nos sintamos importantes y se basa en la comunicación».
Marcos de Quinto, Presidente de Coca Cola España hizo una broma citando las palabras de Vilanova sobre que «hay que tener valor para despedir a los que no comparten la línea de la empresa, aunque nos hayan hecho ganar mucho dinero» al apuntar que «las empresas debemos ‘aprender’ de los políticos y la administración. Que son los que más despiden a los que no comparten sus valores»… «En comunicación interna y comunicación externa -añadió- todo lo que comuniques externamente debe poder ser comunicable internamente y viceversa y es que la comunicación interna es comunicación. La Comunicación son ambos, con debates internos y externos. Arengar es una cosa y comunicar es otra. Con Manuel Pizarro, por ejemplo, se hacían ambas». «La integridad y la transparencia se deben mantener cuando comunicas y no puedes decir y hacer cosas distintas o ser luego de otra manera a la que comunicas». » Creo que la frase de moda ‘la transparencia’ va a desbordar el mero ámbito del Producto o la corporación para abordar al del propio ejecutivo». Y se refirió al escándalo de una firma deportiva «que luego se descubrió que su fabricación de balones en un país asiático la hacían, presuntamente, niños». «Antes se pensaba que solo los accionistas tenían derecho a saber. Pero eso ha cambiado. Ahora todos tienen derecho a saber en y de las empresas. Y también quieren saber de los directivos. Los ejecutivos deben decir lo mismo. La mayor parte de escándalos y problemas no tienen que ver con las empresas, sino en cómo las gestionan los ejecutivos como en el caso de Enron y en compañías más cercanas a nuestro país, y la gente pide los valores de los ejecutivos, como en el caso de Patricia (McDonald’s), más que de las empresas. Y quieren que les repitan las frases mirando a los ojos. Escribir en piedra los valores a la entrada de una empresa no basta. No basta con ser buenos ejecutivos. Vamos a tener que parecerlo».
Carina Szpilka, directora general de ING España, citó la la pág. 118 del libro de Vilanova sobre el micropoder y sobre que las metas no podrá lograrse si no es con valores muy fuertes y con que cada uno de los trabajadores lleve tatuada la marca de la compañía. «Yo estoy orgulloso de trabajar en este banco, que es el más valorado y recomendado por sus clientes, y la clave es nuestra cultura corporativa, la gente, cómo hacemos las cosas. Todo lo demás se puede copiar -productos y servicios- en horas, pero no la experiencia de una marca y para eso las personas deben creer en lo que hacen y que va más allá del beneficio de la empresa, tenemos que dotar de propósito a las personas que trabajan con nosotros. El verbo es importante y los actos, pero también liderar. Y eso lo hacemos a través de la comunicación. Con confianza, cooperando, complementando y generando el compromiso de la organización y para ello la comunicación interna es clave, para las personas que trabajados en una empresa y las conectadas a ella. Utilicemos nuestra parcela de micro poder y hagamos realidad esto».
Según Javier Ellena, Presidente de Lilly en Grecia y Portugal, «nos alagó vernos citados en el libro especialmente en acción social. Para una compañía farmacéutica, la clave son los pacientes. Hay gente que espera y necesita nuestro trabajo y creemos que abrir puertas permitirá impactar vidas. Nuestros empleados realizan, un día al año, labores sociales o ayuda a personas mayores o a ONG, en países en desarrollo. Desde educar o construir instalaciones o medicamentos contra tuberculosis».
Para Juan Fernández Aceytuno, Director General de la Sociedad de Tasación, «las inundaciones nos traen agua pero no es potable» y resumió su filofofía en los miro relatos «haiku» en japonés, que son pensamientos que deben emocionar en sesenta caracteres. Destacó siete que valen para la comunicación externa e interna. El primero de estos principios está dedicado a los sótanos del alma, «todos tenemos sótanos y trastos viejos bajo alfombras». «El segundo es ¿a dónde vas? en que me veo como un compás. Otro es la Coherencia. Como verse en un espejo de cristal pero que es es mentirá. Es un cristal. En comunicación menos en más». «Otro principio es la vida en soledad. Prueba el silencio. Para comunicar no bastan palabras. Si no sientes, no comunicas». El sexto es la razón de ser. Lo hacemos por los clientes y de ello van a beber tus empleados, y por último la fuerza de voluntad, para llegar, y un consejo: «Escríbelo, léelo y hazlo», concluyó.