Fundación Telefónica presenta el libro La televisión etiquetada: nuevas audiencias, nuevos negocios. La televisión se adaptará a «la era del tag» como nuevo medio de comunicación interactivo y organizado por los propios usuarios. El crecimiento de la publicidad en Internet va a ser espectacular, pero eso no irá en detrimento de la televisión convencional. La televisión de pago seguirá siendo el motor de la producción audiovisual. Los usuarios no quieren ser meros espectadores, quieren crear, opinar, votar, etiquetar, mezclar y distribuir; la unión de los espectadores en comunidades convertirá a la televisión un medio de comunicación completamente renovado y adaptado a la sociedad actual. La televisión etiquetada se acerca al concepto de «nuestra televisión», frente a los pasados de «mi televisión » y «su televisión». La Red caminará hacia el televisor y éste seguirá ocupando en el hogar un lugar central en el ocio de las personas, incluso de los llamados «nativos digitales» El crecimiento de la publicidad en Internet será espectacular y no irá en detrimento de la televisión convencional. La televisión apunta, a pesar de los cambios que se darán en los próximos años, hacia un futuro nuevo y esperanzador, según el libro La televisión etiquetada: nuevas audiencias, nuevos negocios (Colección Fundación Telefónica/Ariel), presentado por el coordinador del libro y Catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos, Jose María Álvarez Monzoncillo. La llegada de Internet ha conseguido que vuelvan a debatir los aspectos más positivos y más negativos de la televisión. Internet se ha realizado entre los usuarios y las empresas. La red no solamente ha hecho que sea más fácil distribuir contenidos de forma autónoma e independiente, sino que ha permitido dos claves trascendentales: hacer posible que el espectador pueda convertirse a su vez en difusor de información en tiempo real, y remover todas las fichas que estaban aferradas en el modelo analógico televisivo. Es posible que tardemos varias décadas en moldear la web como medio de comunicación; esa evolución, sin embargo, marcará la televisión del futuro. Según el libro, la transformación es tan radical que hace que podamos afirmar que estamos en la antesala de «la era del tag» o que podamos hablar de un nuevo medio de comunicación interactivo y organizado por los propios usuarios. Los usuarios no quieren ser meros espectadores, quieren crear, opinar, votar, etiquetar, mezclar y distribuir. “Los usuarios participan cada vez más en la TDT y en el fondo también quieren etiquetar, de ahí el título del libro: La televisión etiquetada. Es lo que está pasando con los blogs, fotos y comentarios en las redes sociales…” asegura Álvarez Monzoncillo. El esquema de la comunicación como lo conocemos ha cambiado, ya no existe un único emisor y varios receptores, si no cada vez más los propios usuarios son los que consumen contenidos que generan otros usuarios. La televisión tradicional analógica poco tiene que ver con las nuevas formas de televisión como la web TV, plataformas de IPTV, videoblogs, vídeos en redes sociales, podcasts TV, video on demand, etc. Sin embargo, bajo estas fórmulas aparecen los viejos programas –series, películas, documentales, noticieros, etc. Pronto aparecerán nuevos formatos por exigencia de las condiciones de la recepción y de las características de los nuevos dispositivos. Esta evolución de redes y dispositivos ha dado lugar a las nuevas formas de entretenimiento que cuestionan el propio concepto de televisión. Se trataría del concepto de «nuestra televisión», frente a los del pasado: «mi televisión » y «su televisión». Ésta sería la nueva forma de entender la nueva televisión, etiquetada, pero el punto crucial está en la producción de contenidos. El modelo que se ha creado de TDT resulta inviable a medio-largo plazo, es económicamente insostenible, ya que la división de cadenas por autonomías y localidades, como se había planteado en un origen, no se podría mantener jamás, y menos con la crisis actual, empezando por el sistema de licencias que, según el autor, debería haber sido otro. Monzoncillo asegura que para que la TDT sobreviva deberán darse unos cambios en el futuro teniendo en cuenta que Internet evolucionará poco a poco, como lo está haciendo. La TDT evolucionará hacia una segmentación de mercados, los canales de Televisión serán cada vez más fragmentados y especializados para intentar captar las necesidades de diferentes públicos. Por lo que se crearán canales temáticos de deportes, cocina, viajes, etc. Cada uno para cubrir una necesidad del usuario. La convergencia en Internet y los cambios sociales alterarán la televisión de hoy. Ya ha cambiado bastante desde su nacimiento a mediados del siglo XX, pero el consumo del audiovisual en la red ya supone una transformación sin precedentes, pues afecta a la estructura económica en la que han descansado tradicionalmente las industrias culturales. El modelo de financiación y amortización de los contenidos, la distribución y la difusión han estallado. El consumo de vídeo en la red sigue creciendo a pasos de gigante en todos los países. Simultáneamente no parece que haya negocios exitosos en la red a día hoy. Cualquiera que sea la predicción, es más probable que el televisor se convierta en una computadora que a la inversa. Este libro mantiene que el ordenador y los dispositivos con acceso a Internet (teléfonos, tabletas, consolas y las diferentes modalidades de ordenador portátil) seguirán teniendo un papel destacado en el consumo de lo que hemos llamado «nuevos medios» o nuevas formas de consumo audiovisual, pero que la televisión en el hogar seguirá ocupando un lugar central en el ocio de las personas, incluso de los llamados «nativos digitales», y que será la red la que vaya al televisor. Con Internet ha aparecido un canal de información, de venta, un canal de atención y de servicio al cliente. Y junto con este canal, ha nacido una nueva generación. Es una red de distribución, pero no es un medio de comunicación. Aunque muchos autores presentan estos cambios como el fin de la televisión, el libro se decanta por una visión más positiva en la que a pesar de los cambios tecnológicos, de regulación, en la audiencia, etc.… la clave de su supervivencia está en otro apartado diferente, en los contenidos, pues son los que mueven la demanda. El autor considera que las funciones de la televisión cambiarán todavía más y su relación con las audiencias empezará a ser diferentes, pero no será su fin. La Tv de masas va a evolucionar a la Tv a la carta. A pesar de que los cambios tecnológicos son muy rápidos, los cambios sociales son más lentos, pero las nuevas generaciones, ya están iniciando estos cambios. Las incertidumbres y las bondades de la tecnología irán marcando la evolución de la televisión por la red. Otra de las opciones que se tratan es que estos cambios pueden provocar la aparición de dos tipos de redes y dos tipos de televisión por la red: una televisión muy lenta de contenidos muy baratos con gran profusión de publicidad, y otra muy rápida con contenidos de calidad. Una será libre y gratuita, y otra será de pago y orientada. Se abrirá una brecha social entre los tipos de televisión que no será sólo generacional, sino también en función de la renta per cápita y el nivel cultural. Los jóvenes con pocos ingresos se mueven sólo por su afán de no pagar, mientras que las rentas más altas buscan la comodidad a la hora de ver la televisión, dando gran importancia a la calidad.