Se trata de reflexiones en voz alta del periodista Iñaki Gabilondo en coloquio con el Director General de la IAB, Antonio Traugott y el Presidente de la asociación, David Segura, en la Clausura de las sesiones del Inspirational 2013. Las preguntas versaron sobre cómo afectan las nuevas tecnologias y la dimensión social al periodismo y la opinión pública. «Sabemos que el mundo se transforma y ahora está como está y proyectando planes al futuro. Nos preocupa cómo vamos, mantener las pensiones a futuro o como me voy a casar. Solemos decir que decimos lo que esta pasando y que lo que viene después no esta escrito y ésta es una particularidad que la historia acredita, el pasado esta lleno de futuros que nunca se cumplieron. Realidades aplastadas por un millón de otras cosas. Una realidad que daría ganas de suicidarse si no hubiera otra. Lo que me hace ver la historia con esperanza es que lo que viene detrás no esta escrito. El mundo será como se haga. Los que comentamos el mundo, no tenemos futuro y lo digo yo que ya tengo 71 años». «Pero una cosa es vivir la amargura y otra instalarse en ella».
«A los jóvenes les diría que no haya una sola razón para no ser pesimista y lo que ocurre no se esta quedando así, y no es seguro que vaya a ser así. Y lo que venga detrás, no va a estar marcado por la decisiones de los hombres. La vida es una travesía por un desierto en el que, por pura estadística, nos esperan tres o cuatro exaltaciones, cuatro o cinco disgustos morrocotudos, y hemos escuchado en la charla anterior (con Albert Llovera) lo que le va a pasar, no a él, sino a todos. Todos los que vamos a estar aquí vamos a tener un momento determinante, personal, familiar, que nos va a obligar a asimilar lo que hemos oido. No asistáis a lo que le pasa a otro sino a lo que nos va pasar con la seguridad absoluto, como un paso clave en nuestras vidas». «Mis hijos me decían que nosotros lo teníamos muy fácil, y simepre les digo ‘que no te oiga tu abuelo que se tuvo que ir de joven a trabajar, afrontar una guerra que perdió, hacer la mili,… Y hay que afrontar nuestra vida. Lo que hay no está escrito. Esto va a la gran velocidad que el mundo gira y ahora lo noto. De esa velocidad quiero que se extraiga una verdad adecuada. Una transformación vertiginosa. Todo menos creer que es lo que hay y que no hay que superarlo. Cuando yo estudié periodismo nadie quería, luego todos. Ahora están todos en paro, como le pasa a otro colectivo como el de los arquitectos, salvo a Norman Foster».
«Una tontería que le oí decir una vez a José Ignacio Wert fue que ‘no estudieis sólo lo que os gusta sino lo que tenga más salidas’… ¿hoy? ¿Y qué hacemos dentro de seis años, cuando salgamos de esto? Otros dicen que se casarán cuando le hagan delegado de zona, a la pareja, y luego resulta que el niño tendrá cuatro años, sus padres se habrán divorciado y ahora qué haces, según eso, ¿le devuelves? Todo se esta transformando»
«Lo que está pasando, esta pasando y la aceptación es clave pero a la gente le cuesta subirse con esta velocidad y hay distintas actitudes, como quedarse expectantes… Todo lo que yo no hago lo hará otro. Una persona se hace adulta cuando decide él, no el caballo y al revés». Usando este símil, explicó que «en el colegio vas en el caballo y forman tu mente con cosas que otros deciden y un día te haces mayor y decides estudiar lo que te apetece y ese día eres mayor como cuando te decides a averiguar quién era Hitler porque te interesa y no porque tengas un examen mañana. Mi hijo mayor, de cuarenta y tantos años, el día que se dio cuenta de lo que es ser mayor fue viendo la barra libre de su desayuno y se puso enfermo de comer. Era para elegir no para comérselo todo. Como pasa con los canales de TDT. O eliges a Manolo y toda tu vida te quedas pensando porqué no te fuiste con Pepe…»
Antonio Traugott, Director de la IAB le preguntó sobre los valores, de los que habló el día anterior Leopoldo Abadía cuando decía que «los valores no son viejos, son valores». «Hay muchas leyendas», respondió. Francia se inventó la leyenda de que todos habían estado en resistencia. Y los alemanes que todos ignoraban a Hitler y aquí todos estuvieron en mayor del 68″. «Tú no te estás dando cuenta de que cómo se esta viviendo la vida. Les digo a los alumnos de periodismo que yo estudié periodismo porque quería trabajar en la radio y antes no había tv. Y quería trabajar en la radio. Cuando Franco murió tenía 33 años y tres hijos. La radio española tenía prohibida la información y solo se podía conectar con RNE como único informativo que se daba en España. Y contaba con una radio en la que se daría información. Y tardé catorce años en que se pudiera. Todos hemos pasado nuestro particular Tourmalet, y más si eres de familia humilde». Sobre los viejos valores, lo que hay que ser es valiente aunque pases muchos momentos en que lo pasas acoquinado. Prestarse a ser mejor y recordar cosas que te dice tu padre que no son gilipolleces, como el ser decente, creer en la justicia,… y todo el mundo está desorientado».
«En un instituto de sociología de Francia se hizo una encuesta a profesores, empresarios,… y el resultado recogido por un sociólogo, fue que nos prepararon para una vida y estamos siendo requeridos para otra distinta, y hemos de preparar nuevas destrezas que no sabemos dominar y temían ser descubiertos, como impostores atropellados por las exigencias de su trabajo, como dirigir su empresa, o decir a sus hijos cómo comportarse, las nuevas herramientas,… y todos dijeron lo mismo, al comunicárseles el dato final, y se les dijo ‘tranquilícense’. Es un toro universal. Al final encontrarán su vida y su camino. Es natural que estemos desconcertados». Un mundo en el que, además, «están dando muy mal ejemplo las instituciones con autoridad».
«Yo tuve un punto de observación privilegiado del proceso de transición y veía todo el proceso muy cerca, como el 23-F. Ahora veo que han perdido las pilas todos los elementos de esa Transición, los partidos, el parlamento, los sindicatos, la corona, … Y no sirve de mucho esta sensación de necesidad de musculación general que corresponderá a otros, para darle oxígeno. Los sindicatos están anticuados, pero como los empresarios, la corona, etc. Lo que se necesitan son faros antiniebla como los de mi querido José Luis Sampedro o Leopoldo Abadía… La gente esta buscando faros en la niebla».
Sobre las nuevas herramientas como Twitter y el nuevo periodismo explicó que «leí que decían que hay cien mil periodistas ciudadanos en San Francisco pero si vas a Filipinas quieres saber qué pasa allí, cuando aparece el Washington Post en Twitter, la gente va allí. Son los farolillos. El mundo ha cambiado para siempre y todo el mundo a la vez ha abierto puertas y ventanas y lo que se sabe y lo que se supo, todo a la vez. A todas estas realidades con un mundo que ha terminado, otro que esta naciendo pero que nos está enfrentando a un oleaje de lo ridículo. En el terreno informativo, todo el el mundo puede ser referente informativo y durante un año se dudó de que el periodismo tuviera sentido. Y no duro ni un año. Lo primero que escasea en una inundación es el agua potable y lo primero que escasea en esta tromba de informaciones es la información potable y no se puede saber cual es. Los poderes del mundo han filtrado el agua potable con venenos que no sabes qué elementos de juicio tienen para contar lo que te están contando. Si os cuento que va a dimitir Soraya, porque me lo ha dicho un borracho, no es una referencia de valor, como ahora se exige saber de donde es este pollo, dónde se ha criado y qué camión le ha traído». la solvencia de la información la da el que tiene credibilidad. La solvencia que sea será la que tú le des a esa fuente o información. Los grandes periódicos están teniendo que transformarse de forma muy difícil. No se ha encontrado cómo se sufraga esos costes o los de las nuevas series. Unos aguantarán y otros no. Y estarán sufriendo por todo con una línea de decencia acreditada por la gente. Estoy muy contentó de darme cuenta de cómo va esto antes de irme de este barrio».
Sobre su uso de las nuevas tecnologías explicó que «las uso todas, todos los días. salvo Twitter. Y me llaman Jordi Ébole y Ana Pastor porque decían que había entrado en Twitter, y les dije que no, porque tengo que evitar otro elemento invasivo más y proteger mis costumbres como leer todos los días, y mis aficiones. Soy muy celoso del tiempo y Twitter me da un poco de miedo. No todos los días tengo algo que decir. Incluso no o puedo leer y escuchar música a la vez, porque cada una me dice cosas distintas a la vez y desde que soy chaval hago ambas cosas a la vez y no lo quiero perder. Lo que más digo en la vida es ser escéptico pero no rendirse. No se puede aceptar la rendición. Y hay que ganar este mundo».
Gabilondo ofrecía una entrevista a El Programa de la Publicidad, sobre los cambios en la nueva radio y medios con los permanentes cambios de tecnologia. » A mi no me molesta nada la publicidad»…