A las 8:00 de la mañana Carlos Herrera explicaba su marcha de la cadena sin reproches. Que había acabado un ciclo y que no había un horizonte claro sobre qué iba a hacer, porque «tengo ofertas dentro y fuera de España». Sin descartar que se trate de una cortina de humo dentro de su habitual ironía, todo apunta a la COPE, aunque haya querido dar a entender que quedasen flecos por fijar y aludió a que quien piense en contratarle (como si no estuviera ya hecho) «tuvieran en cuenta las cifras que se han barajado». En alusión al aniversario de la bomba que le enviaron y afortunadamente no explotó, señaló que «de alguna manera todos volvemos a nacer y la radio es una forma de nacer una y otra vez».
Herrera explicó sobre su marcha «que todo era más fácil que todo lo que se ha publicado en prensa digital -que me permitía informarme del proceso- llena de afecto, cuyas informaciones «no son perfectas y contenían algunas irregularidades» que quiso aclarar. «Que si iba a cobrar tanto… sugiero a quien me quiera contratar que se fijen en las cifras que se han dado», decía son ironía. «Tengo contrato con esta empresa hasta julio. Herrera agradeció a la casa y especialmente a su Presidente, Javier González Ferrari, «su oferta de continuar que estudié». «No tengo reproches» y destacó «Los quince años vividos, satisfactorios e inolvidables en lo profesional y personal, y no tengo reproches para quienes gestionan esta casa. He tenido la fortuna de contar con un equipo de profesionales que son capaces de llevar en palmitas a cualquiera y los mejores informativos que he conocido en mi vida. Pero al final había concluido un ciclo y no es una tragedia. No he incumplido un contrato en mi vida, y aunque mi intención era acabar en julio, la casa me pidió adelantar el proceso, para dar rodaje a dos grandes profesionales como Juan Ramón Lucas y Carlos Alsina.»
«No tengo idea de lo que voy a hacer. Sé que cambio el ciclo y tengo alternativas dentro y fuera de España y aprovecho este tiempo para darles las gracias a vds que me han dado su talento, su gracia, su crítica aguda, su afecto, sus lágrimas, su fidelidad. Lo mejor de un programa siempre son sus oyentes».
Herrera recordó el dato de la confluencia de su comienzo en la cadena hace quince años, «con un atentado aéreo y me despido con otro» Y la segunda circunstancia era que «hoy hace quince años que recibí un paquete bomba que abrí y que afortunadamente no explotó y aquel día volví a nacer. De alguna manera todos volvemos a nacer y la radio es una forma de nacer una y otra vez».