‘Pescado, ¿no tan sano?’, el documental que estrena este lunes ‘Documentos TV’, bucea en los métodos de producción intensiva y cómo amenazan a la industria pesquera. El consumo mundial se ha duplicado en las últimas décadas y el mercado necesita más peces y nuevos métodos de producción, no exentos de polémica. Criaderos superpoblados infectados de epidemias, aguas contaminadas por antibióticos y productos tóxicos, amenazan a la industria pesquera con un grave problema de seguridad sanitaria.
“Según los activistas medioambientales, los criaderos de pescado son los responsables de una catástrofe sanitaria a gran escala”, con esta contundente declaración comienza ‘Pescado, ¿no tan sano?’. Un exhaustivo trabajo de investigación, producido por la RT rusa, donde se denuncian las actuaciones de una descontrolada piscicultura y de una sobrexplotación de recursos marinos, responsables de verter un peligroso cóctel de productos químicos sobre un alimento, que va directo a nuestros platos. El consumo mundial de pescado se ha duplicado en los últimos cuarenta años, debido a que hasta hace no mucho, era considerado un alimento sano por excelencia, recomendado por médicos y nutricionistas.
El mercado demanda más materias primas y la industria pesquera ha echado mano de nuevas formas de producción masivas, no exentas de polémica. Los criaderos han proliferado por todo el mundo. Desde Vietnam a Noruega, millones de peces se hacinan en las granjas de piscicultura. La superpoblación provoca infinidad de parásitos y enfermedades, que se combaten con vertidos de antibióticos y productos tóxicos a las aguas. “En mis granjas hay cien millones de pangas. Hay más peces en mis estanques que habitantes en todo Vietnam”, afirma orgulloso este productor, que suministra a Europa el noventa y cinco por ciento de las pangas que consumimos.
Los científicos alertan de los riesgos que conllevan los piensos con que se alimenta a salmones, doradas o lubinas criadas en cautividad y la gran contaminación marina, provocada por los vertidos tóxicos de la industria química y papelera. “Contiene una gran concentración de dioxinas, uno de los venenos más potentes que conocemos”, afirma un miembro de Greenpeace Suecia.
‘Pescado, ¿no tan sano?’ reflexiona sobre estos controvertidos métodos de producción intensiva y cómo amenazan a una industria pesquera, que podría verse afectada por un problema de seguridad sanitaria. Pesticidas, mercurio y hasta radioactividad son algunas de las sustancias que han transformado a ese pescado, de ser un alimento sano, en un producto de dudosa fiabilidad.