La marca celebra este cambio en la sociedad con ‘El hombre sentado en el sofá’, una escultura hiperrealista del estereotipo que no colaboraba en las tareas del hogar. La presentación de la figura ha tenido lugar este 14 de noviembre como pistoletazo de salida para recoger firmas con esta petición a través de change.org para que sea aceptada como una figura del museo. Una iniciativa que surge desde Kaiku Sin Lactosa en colaboración con la Asociación Yo No Renuncio, del Club de Malasmadres, y que celebra el paso de la sociedad española hacia una corresponsabilidad positiva y real
Se trata de reflejar que el hombre que no participa en las tareas del hogar es una cosa del pasado, en concreto del Museo Arqueológico Nacional. Así es como lo refleja Kaiku Sin Lactosa, que ha contado con la colaboración de la Asociación Yo No Renuncio, del Club de Malasmadres, en la creación de “EL HOMBRE SENTADO EN EL SOFÁ”, una escultura hiperrealista que representa la lucha por la corresponsabilidad en los hogares con el estereotipo que no colaboraba en las tareas del hogar como recurso, una especie ya en vías de extinción. Y es que, ¿quién es actualmente el principal responsable de los quehaceres cotidianos de la familia? ¿Es el reparto equitativo de las labores del hogar una realidad?
Según datos del estudio Somos Equipo, realizado a más de 24.000 españoles, el 30% de los hombres afirma encargarse de tareas como cocinar, el 28% de hacer la compra, y el 24% se ocupa del baño de sus hijos. Datos positivos con respecto a los que se podían extraer hace años que demuestran una mayor implicación del hombre, aunque es necesario seguir trabajando por la equidad en el reparto de funciones, ya que la responsabilidad principal de las actividades sigue recayendo en la mujer principalmente.
Con el objetivo de concienciar a la sociedad y reflejar que los hombres que no participan son cada vez menos, surge un proyecto social revelador: enviar al HOMBRE SENTADO EN EL SOFÁ al Museo Arqueológico Nacional. Un proyecto que nace el 14 de noviembre con la muestra de un modelo hiperrealista que representa al estereotipo masculino más tradicional, el cual va convirtiéndose, paulatinamente, en una especie extinta. De este modo, Kaiku Sin Lactosa presenta una acción que nace con la creación de esta escultura y busca las firmas necesarias para que el principal museo de antigüedades de España estudie incluir a la escultura como parte de su colección, reflejando que es una especie ya extinta digna de pasar a la historia.
LA IMPORTANCIA DE UNA EDUCACIÓN IGUALITARIA
Los datos acerca de la corresponsabilidad son alentadores y demuestran que la falta de implicación actual responde a la tradición cultural, que desvinculaba al hombre de estas funciones. No obstante, según el INE, ellos ya invierten alrededor de 60 minutos diarios en actividades culinarias o en el mantenimiento del hogar. Ese hombre que no cumplía en casa está desapareciendo y, gracias a la educación actual que antes no se recibía, las expectativas por un cambio positivo en corresponsabilidad son alentadoras.
La encuesta Somos Equipo, realizada tanto a hombres como a mujeres que conviven en pareja con o sin hijos, desvela que el 11% de mujeres ya convive con parejas que se responsabilizan totalmente de las tareas domésticas, como la limpieza del hogar o planchar; el 36% hace un reparto igualitario de tareas, y en el 9% de los casos son ellos los principales responsables de las mismas.
Para Laura Baena, Fundadora del Club de Malasmadres y Presidenta de la Asociación Yo No Renuncio por la Conciliación: “Necesitamos más hombres referentes, que se impliquen y trabajen para “hacer equipo” con sus parejas en el hogar. Este cambio social tendría consecuencias positivas no sólo para la familia, sino también para el ámbito laboral y social, trabajando en pro de una igualdad real. Es importante que la implicación del hombre se centre en aquellas tareas que son menos reconocibles y que tienen como principales responsables a las mujeres: las tareas invisibles. De esta forma, con el tiempo y la práctica, la satisfacción al realizar estas tareas serán cosa de hombres y mujeres”.
TAREAS VISIBLES VS. TAREAS INVISIBLES
Uno de los datos más representativos del estudio es la división de quehaceres en dos tipos: tareas visibles y tareas invisibles. Esta novedosa nomenclatura se ajusta perfectamente a la actualidad en materia de corresponsabilidad.
Las visibles son aquellas que tienen mayor reconocimiento o aprobación social. Hacer la compra, cocinar, bañar a los niños, etc., son algunos de los ejemplos más claros. Dentro de este tipo los porcentajes de responsabilidad entre hombres y mujeres se equiparan más: alrededor del 40% de las mujeres conviven con hombres que participan en las tareas domésticas, y 5 de cada 10 mujeres tienen parejas implicadas en la alimentación del hogar.
Por otro lado, se encuentran las tareas invisibles, aquellas que conviven en la sombra y mayoritariamente no obtienen el mismo reconocimiento social. Difícilmente tienen un comienzo y un final, y se suelen hacer simultáneamente con otras actividades, como es el caso de estar pendientes de los requerimientos del colegio (disfraces, deberes, excursiones, reuniones, etc.) o poner la lavadora. El estudio revela que el 54% de las mujeres se dedica a las acciones con menos visibilidad.