La AUC denuncia que la migración a la TDT va a suponer un alto coste para los ciudadanos

Critica las carencias de programación. de equipamiento y de cobertura. Los operadores no están cumpliendo con los compromisos de una oferta televisiva atractiva y de calidad y falta estandarización en las nuevas TV con HD/3D. Un nuevo coste para los ciudadanos será el dividendo digital que el dinero de todos va a subvencionarse que en otros países se sufraga con las aportaciones de los beneficiarios (operadores audiovisuales y de telecomunicaciones). Se trata del primer balance de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) del proceso de migración a la TDT tras el apagón analógico, con graves carencias que, en muchos casos, van a suponer para los usuarios importantes desembolsos económicos. En el caso de HD/3D los desarrollos tecnológicos (como el DVB-T2) van a permitir no sólo una mayor calidad, y una mayor optimización del espectro y más cantidad de canales sean estándar sin que la regulación y estandarización haya empezado. Nuevamente cabe señalar que decenas de millones de usuarios que han realizado en los últimos tiempos desembolsos importantes en la adquisición de televisores de alta gama, se sentirán engañados cuando deban realizar un nuevo gasto igual de importante para poder acceder adecuadamente a la oferta de TDT. Además para esta organización la nueva oferta de contenidos ofrece pocas novedades y falta de innovación y los prestadores del servicio de comunicación audiovisual no están cumpliendo con los compromisos contraídos para garantizar la existencia de una oferta televisiva atractiva y con contenidos de calidad. AUC recuerda que la legislación exige ese cumplimiento de poder acceder a un canal múltiplex completo. Además la asociación denuncia la subordinación de muchos nuevos canales a las cadenas principales de sus propietarios, dedicados a la redifusión de los programas emitidos en esas cadenas o a ser cajón de sastre para todas las ofertas que no triunfan en ellas. Otro ejemplo de esa práctica es la emisión de publicidad coordinada para conseguir más audiencia que vender a los anunciantes y que se hace siempre en función de los intereses de programación de la cadena principal aunque suponga dificultar la emisión de una programación coherente en las cadenas subordinadas. Otra carencia es la emisión de series de hace varias décadas o de contenidos de relleno, cuando no de tertulias radiofónicas televisadas, como medio barato de mantener su programación por parte de algunos operadores concesionarios. Y entre lo más grave la proliferación de programas de teleconcursos y esoterismo, aunque su emisión haya quedado ya muy restringida con la nueva Ley General Audiovisual, o de canales de televenta 24 horas aprovechando, con dudosa legalidad, restos del espectro concedido. Incluso en algunas televisiones locales que han conseguido sortear el apagón analógico es posible ver también contenidos pornográficos en abierto que la normativa prohíbe expresamente. Baja utilización por parte de las cadenas de las posibilidades de las guías electrónicas de programación (EPGs): falta de información sobre la programación emitida (títulos, sinopsis) y sobre los avances de programación. Y, cuando se incluye información, en muchos casos no coincide con el evento en emisión. Hay que tener en cuenta que las deficiencias de las EPGs impide a los usuarios disfrutar de las posibilidades de grabación. El sonido multicanal (en dual, etc.) prácticamente no existe, en una clara infrautilización de las posibilidades tecnológicas de la TDT. Desincronización del subtitulado en la programación de stock (es decir, en la que no se emite en directo). Además, en unos canales se recibe a través de DVB, en otras a través de Teletexto, sin una estandarización clara. Retraso en la emisión de contenidos en formato panorámico real. Pixelado de imágenes, entrecortamiento del sonido, dificultad para la sintonización de canales. Son muchas las quejas recibidas de los usuarios que han perdido la oportunidad de acceder a la programación de televisiones autonómicas limítrofes con su Comunidad Autónoma. Y continúan pendientes opciones como el control parental, necesario para cumplir la Ley General Audiovisual, o la audiodescripción para personas ciegas o con baja capacidad visual.
ara AUC aunque cree positivo el desarrollo de la TDT de pago el problema es que los ciudadanos hemos costeado un modelo vertical de transición a la TDT que ha salido muy barato a los operadores privados beneficiados con la TDT de pago, y obligará a nuevos gastos a los ciudadanos. AUC ha venido alertando del elevado volumen de televisores analógicos vendidos en estos últimos años sin que desde la Administración se adoptaran medidas eficaces para evitarlo, o de la escasa eficacia práctica de algunas de las campañas de comunicación realizadas. También que no se hubieran regulado y estandarizado convenientemente otras innovaciones que vienen a implementarse en paralelo a la TDT, como la televisión en alta definición (HD) o en tres dimensiones (3D). Aunque el desarrollo de la alta definición era perfectamente previsible hasta el 20 de mayo en que el Consejo de Ministros aprobara un Real Decreto estableciendo las condiciones y especificaciones técnicas de emisión de la televisión en alta definición, y aún habrá que esperar seis meses más desde la entrada en vigor de la norma para que todos los televisores de más de 21 pulgadas permitan obligatoriamente la sintonización/recepción de las emisiones en HD. Es cierto que, en la actualidad, la industria ofrece ya de modo generalizado estos equipos, pero no lo es menos que, durante demasiado tiempo, se han estado ofreciendo a los usuarios receptores ofrecidos como televisores HD que, si bien permiten el visionado en alta definición, no cuentan con sintonizador para ello y requieren de algún periférico (como un reproductor blu-ray o algunas videoconsolas). Hay que tener en cuenta, además, que la nueva norma ya prevé la posible sustitución tecnológica del actual sistema de compresión de la señal (H.264/MPEG-4) por otros más eficaces como el DVB-T2, con el problema a medio plazo de que los actuales televisores que los ciudadanos están adquiriendo equipados para sintonizar HD no serán compatibles con el nuevo sistema. En otros países europeos el acceso a la TDT a través del satélite se viene proponiendo como una vía complementaria para el conjunto de los usuarios, asegurando amplias coberturas a menores costes. Frente a esta opción, la solución de “sobrecobertura” terrestre con la extensión de repetidores, debido a los altos costes a los que antes nos referíamos, ralentiza el ritmo de cobertura de las zonas de sombra atentando contra los derechos de los usuarios a un servicio de interés general. La opción elegida por el Gobierno (a través de Abertis) es claramente inadecuada para los usuarios porque no permite acceder a la televisión de pago, que como ya hemos indicado va a perfilarse a medio plazo como una opción de variedad y claridad en la oferta global de la TDT. No permite acceder a la alta definición (HD), y no permite acceder a toda la oferta de cadenas en abierto (caso de las autonómicas), que es una de las ventajas más inmediatas para ciertos sectores de población.

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