Las cadenas de suministro del sector de la alimentación están en constante evolución para hacer frente a los retos internacionales y satisfacer las demandas de los clientes, lo que incrementa como nunca antes la dificultad para gestionar sus componentes y participantes. Trace One ha identificado tres vulnerabilidades principales de la cadena de suministro actual:
Fragmentación de la comunicación:
La mayoría de los actores clave no conoce a todas las entidades que participan en sus cadenas de suministro. Puede que conozcan a los vendedores con los que trabajan directamente, pero no saben cuál es el siguiente eslabón de la cadena y no tienen ni idea de si cumple o no las normas del sector.
La vulnerabilidad más importante a la que se enfrentan las cadenas de suministro actuales es la falta de transparencia o visibilidad del sistema completo y de la documentación asociada. Aquellos actores que no conocen a los fabricantes, los procesos e ingredientes de su cadena de suministro no pueden reaccionar con rapidez ante una crisis alimentaria ni tomar medidas para evitar estos riesgos. Además, no tienen acceso a la información sectorial y de precios, por lo que desaprovechan posibilidades de mejora y optimización de costes y procesos. Es un problema que parece fácil de solucionar pero dada la creciente internacionalización de productos y orígenes y su complejidad, incluso a escala nacional, los problemas potenciales se multiplican. Los participantes en la cadena de suministro deben encontrar vías para colaborar y comunicarse de un modo más abierto y eficaz.
Tiempos de respuesta prolongados:
Si los gestores de la cadena de suministro no saben qué está pasando dentro y fuera de su organización, les resultará casi imposible reducir riesgos y solucionar los problemas potenciales. Los distribuidores que tienen toda la información sobre su cadena de suministro pueden reaccionar en cuestión de segundos. Pero en la práctica la mayoría tarda días, o incluso semanas en identificar un problema, alertar a sus socios y hacer públicos los datos pertinentes. Estos retrasos pueden agrandar el problema y menoscabar la confianza del cliente.
Los consumidores son cada vez más conscientes de los ingredientes y del origen de los productos, lo que hace que la responsabilidad recaiga en los distribuidores y propietarios de marcas. Cuando surge un problema, el consumidor se dirige a lo alto de la cadena de suministro de los alimentos en busca de respuestas. La responsabilidad de entender y proteger la cadena de suministro recae en el «vendedor». La única forma de garantizar la seguridad de la cadena de suministro es intercambiar información libremente y contar con protocolos para situaciones no deseadas. Si se sabe quienes son los implicados y se puede identificar el problema rápidamente, se podrán reducir los problemas de seguridad y mantener la confianza del cliente.
Acceso a la información mediante sistemas móviles y redes sociales.
Los consumidores demandan cada vez más información sobre los productos y muchas marcas y distribuidores ponen al alcance de la mano estos datos mediante códigos QR y aplicaciones. De hecho, la tecnología móvil se ha convertido en una extensión de la etiqueta del producto: los consumidores esperan poder acceder a datos adicionales y expresar su opinión en las redes sociales. Las marcas que no satisfagan ese deseo —o que lo hagan de un modo deficiente— se exponen a perder la lealtad del cliente.
Actualmente la disponibilidad de información sobre la cadena de suministro en dispositivos móviles está aún en la Edad de Piedra. El sector tiene aún mucho por hacer antes de poder lanzarse a la carrera de los dispositivos móviles y las redes sociales. Sin embargo, cuanta más información para dispositivos móviles faciliten los distribuidores y propietarios de marcas de alimentos, mayores serán las expectativas de crecimiento de la confianza y lealtad del consumidor. De nuevo, todos estos aspectos giran en torno a la información y la transparencia de la cadena de suministro. Pero las organizaciones no pueden ignorar las ventajas que les proporcionaría ampliar ciertos datos referentes al ciclo de vida del producto para que los consumidores pudieran acceder a ellos a través de Internet.
Los mayores retos y vulnerabilidades de la cadena de suministro están relacionados con la incapacidad del sector de recopilar y compartir información en tiempo real. En primer lugar, los actores implicados en la cadena de suministro deben intercambiar datos a nivel interno para garantizar la eficiencia y la seguridad; después, han de encontrar modos de informar, educar y alertar a los consumidores sobre determinados aspectos de esa información. Sin comunicación y colaboración en todo el ciclo de vida del producto, desde la adquisición de ingredientes al consumo, ni los propietarios de las marcas ni los consumidores pueden seguir avanzando con plena confianza.
Michael Bromme, EVP Global Customer Development, Trace One