La campaña «Salvar los océanos y alimentar el mundo» de Jorge Martínez, («Pastillas contra el dolor ajeno”) se presenta este 17 de marzo en San Sebastián apadrinada por 20 de los chefs más importantes del mundo. El objetivo de esta campaña es sensibilizar a la población de la importancia de la pesca y la compra sostenible. La propuesta invita a salvar a los océanos mientras se alimenta al mundo con datos científicos generados por la organización mundial Oceana.
Los chefs que se reunirán de forma totalmente excepcional en este evento único son: Andoni Luis Aduriz, de Mugaritz, Joan Roca, de El Celler de Can Roca, Ferran Adrià (elBullifoundation, España), Massimo Bottura (Osteria Francescana, Italia), Daniel Humm (Eleven Madison Park, EEUU), Ashley Palmer-Watts (Dinner by Heston Blumenthal, Reino Unido), Alex Atala (D.O.M., Brasil), Juan Mari y Elena Arzak (Arzak, España), Pedro Subijana (Akelaŕe, Spain), Grant Achatz (Alinea, EEUU), Brett Graham (The Ledbury, Reino Unido), Joachim Wissler (Vendôme, Alemania), Heinz Reitbauer (Steirereck, Austria), Gastón Acurio (Astrid y Gastón, Perú), Enrique Olvera (Pujol, México), Rodolfo Guzmán (Boragó, Chile), Normand Laprise (Toqué, Canadá), José Luis González (Gallery Vask, Filipinas) y René Redzepi (Noma, Dinamarca)
Oceana lanza esta campaña a nivel internacional para salvar los océanos y alimentar el mundo, un proyecto de comunicación y sensibilización ideado y liderado por el creativo español Jorge Martínez (autor, entre otras muchas campañas, la de “Pastillas contra el dolor ajeno” para Médicos Sin Fronteras, una de las campañas más exitosas y eficaces de la publicidad española).
El objetivo de esta campaña es sensibilizar a la población de la importancia de la pesca y la compra sostenible:
• Las Naciones Unidas predicen un aumento del 28% de la población para 2050. Los habitantes del planeta pasarán de ser 7 mil millones a 9 mil millones y alimentar a todo el mundo requerirá un 70% más de comida. A causa de la destrucción de nuestra biodiversidad terrestre, la única forma que existe de poder conseguir esa comida es volver la vista a los océanos y al alimento que ellos nos proporcionan: el pescado y el marisco. Desafortunadamente, desde hace décadas los océanos sufren una sobreexplotación que está minando sus recursos y acabando con muchas de las especies que allí habitan. Afortunadamente, si se cuida la vida marina, los océanos son capaces de ofrecer una comida nutritiva diaria a 700 millones de personas.
• Oceana, la mayor organización internacional dedicada a velar por la conservación de los océanos, ha lanzado la campaña “Save the Oceans: Feed the World” con el objetivo de cuidar la pesca de hoy en día para asegurar la pesca del futuro.
• Cada país es responsable de las primeras 200 millas náuticas que hay desde sus costas hacia el horizonte del océano, y es en esas zonas, en esos bordes continentales, donde se pueden encontrar el 99,9% de las barreras de coral mundiales y casi 3 de cada 4kg de toda la pesca salvaje global. No sólo eso sino que, dentro de ese porcentaje, treinta países y la Unión Europea suministran más del 90% de la pesca mundial. Al no ser aguas internacionales, es innecesario intentar una política pesquera global, lo cual facilita la consecución de los tres objetivos anteriores. Oceana trabaja a nivel nacional, con cada país (o con la totalidad de la UE, que comparte una política común), intentando establecer una mejora de las condiciones de pesca en esas zonas
• El pescado y el marisco son uno de los mejores recursos renovables del planeta. No se tardan millones de años en reemplazar los peces extraídos del océano, ya que son animales extremadamente productivos y resistentes. Si se mantienen sobre unos mínimos básicos, las comunidades de peces son capaces de regenerarse. Es decir, si se pesca de forma sostenible, los propios peces intentarán compensar las ausencias y mantener sus números altos.
• La clave son esos “mínimos básicos”. Para salvaguardarlos, y en base a la potencial riqueza alimentaria que ofrecen los océanos, Oceana centra sus esfuerzos en tres objetivos que desarrolla a nivel gubernamental: 1) Proteger los hábitats que fomentan el desarrollo de vida marina. 2) Establecer cuotas basadas en datos científicos, no en los mínimos de la industria pesquera, 3) Reducir la cantidad de “descartes” (pescado que se tira por no ser comercial) que se producen a causa de la pesca masiva y de la preferencia de los consumidores por los más grandes y 4) Establecer cuotas basadas en datos científicos, no en los mínimos de la industria pesquera.
• Y está consiguiendo éxitos: la Unión Europea aprobó una reducción de los descartes, que entra en vigor este 2015 y deberá aplicarse en su totalidad en 2019, y una mejora de la sostenibilidad en sus pescas, mientras que Chile ya ha establecido cuotas para una serie de pescados sobreexplotados, lo que permitirá la regeneración de las comunidades y una futura abundancia de especies.
• A la vez, Oceana intenta concienciar al público de algunos de los riesgos a los que se exponen los océanos y hacer partícipes a los consumidores de sus elecciones. Así, fomenta el consumo de pescados pequeños (sardinas, anchoas, boquerones), que suelen ser las víctimas de los descartes pero que proporcionan igual nutrición y sabor que los pescados más grandes y populares. Igualmente, anima a comprar pescado salvaje, ya que los de piscifactoría consumen recursos de forma exagerada (se necesitan más de dos kilos de pescado salvaje para conseguir medio kilo de salmón de piscifactoría) y abstenerse, si es posible, de pescado obtenido por prácticas abusivas (redes de arrastre, pesca de palangre). También son adecuados, y buenos, los moluscos y mariscos de piscifactorías, que ayudan al medio ambiente, aunque no las gambas, uno de los cultivos con más impacto ambiental.
• Todo esto redundaría también en una mejora de la salud en los seres humanos: El pescado y el marisco son la principal fuente de ácidos esenciales grasos omega-3, que el cuerpo humano no puede generar por sí mismo. En comparación con la carne roja, el consumo continuado de pescado ha demostrado científicamente reducir los niveles de obesidad, cáncer o enfermedades cardiacas. El pescado proporciona, así, “la proteína perfecta”.
• Además debido al escaso impacto que produce la pesca, en comparación con la agricultura y la ganadería, unos océanos cuidados que proporcionen buena comida reducirían las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera y, por tanto, combatirían el cambio climático.