Se trata de datos del estudio «Scan trends» de Nielsen, que reflejan que la crisis impulsa un 7% la facturación de las marcas propias de los supermercados frente al estancamiento de las enseñas del fabricante. Los hábitos han cambiado con la crisis como en la compra diaria de alimentación, en que los productos de marca blanca ya alcanzan una cuota de mercado del 43,8% de la cesta de la compra en alimentación, un punto y medio más respecto al año anterior (42,3%). Las ventas de alimentación en el canal de hipermercados y supermercados aumentaron un 3,2%, hasta 17.069 millones de euros, de las que las marcas blancas se llevaron un 7% más de facturación a costa de las marcas clásicas, de fabricante, que mantuvieron a duras penas sus ventas (+0,3%).
El estudio señala que el conjunto del mercado del gran consumo (alimentación, bebidas y droguería) en estos establicimientos creció un 1,9% hasta agosto, 27.498 millones de euros.El sector de bebidas registró un incremento del 2,1%, hasta 4.242 millones de euros, de las que la marca blanca alcanzó una cuota del 20,8%, siete décimas más que el año pasado. El peso de estas enseñas oscila entre el 57,8% que tiene en la categoría de zumos y el 14,4% en la de bebidas refrescantes. En el área de droguería y perfumería cayeron un 1,7%, hasta 6.187 millones. En este apartado la penetración de la marca de distribución subió 2,5 puntos en droguería, con una cuota ya del 35,4%, que se incrementa en productos de droguería y limpieza (52,7%) frente a los de perfumería e higiene (23,9%).