Móviles y cáncer: «cautela sí, pero no alarma». Es lo que dice la OCU sobre la recomendación de la OMS al clasificar las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles entre los posibles agentes carcinogénicos o posibles causantes de cáncer. Sin caer en el alarmismo, hay que tomar esta noticia con razonable cautela, y recordar algunas medidas de precaución. Según la OCU «un grupo de expertos de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendaba clasificar los teléfonos móviles como un «posible» agente carcinogénico (grupo 2B), tras analizar y valorar la evidencia científica acumulada hasta la fecha (tanto estudios epidemiológicos en humanos como hallazgos experimentales en animales)». «La OMS clasifica las sustancias, según el riesgo que tengan para la salud humana, en cuatro grupos: el grupo 1 define los productos probadamente carcinógenos para las personas. El grupo 2 engloba a compuestos sobre cuyo potencial carcinogénico hay cierta evidencia, aunque no concluyente (en estudios en animales, por ejemplos); el grupo 3 recoge a productos que no se pueden considerar carcinógenos para los humanos pues no hay pruebas de ello y en el grupo 4, las sustancias de cuya seguridad hay evidencias. El grupo 2 se divide en dos categorías, agentes probables carcinógenos (2A) y posibles carcinógenos (2B). Es en esta categoría 2B en la que la OMS coloca las radiaciones de los móviles. Clasificar así a los móviles supone simplemente una consideración de «posibilidad»: hay indicios que señalan que podría ser así para determinados tipos de tumores cerebrales, pero esos indicios no tienen la suficiente «potencia» para poder afirmarlo con seguridad. En cierto modo, la clasificación como grupo 2B significa que no puede asegurarse tajantemente que el uso de los teléfonos móviles no produzca cáncer… pero tampoco se puede afirmar que lo cause. Por otro lado, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer no establece niveles de peligrosidad ni da recomendaciones específicas de uso, con lo que se acrecienta la confusión y la alarma entre los usuarios». La OCU ha advertido sobre el tema que pese al alarmismo de los medios de comunicación, la situación no defiere demasiado de la existente hasta ahora: de hecho, la posible relación entre el uso de móviles y el desarrollo de tumores viene investigándose desde hace años. En el artículo que en OCU-Salud dedicamos a los tumores cerebrales en 2009 hacíamos referencia a la polémica sobre el riesgo de cáncer y el uso de móviles. Pese a la ausencia de una relación evidente, (que sigue sin ser demostrada), aludíamos a que algunos estudios apuntaban a un ligero incremento del riesgo de sufrir un glioma o un neurinoma del nervio acústico (dos tipos de tumores cerebrales ) en personas que llevaban usando teléfonos móviles desde hacía más de diez años. Estos datos vienen de estudios como el Interphone, que se lleva realizando desde hace años simultáneamente en varios países, y que entre otros estudios han sido ahora tenidos en cuenta por la OMS para establecer su recomendación».
«En definitiva: Precaución, la justa. Nada ha cambiado respecto a lo que ya sabíamos, y a la espera de que futuros estudios confirmen o desmientan esta posibilidad, adoptando un razonable principio de precaución, conviene adoptar algunas medidas preventivas. Consejos para prevenir las radiaciones del móvil.
Usa el teléfono fijo siempre que sea posible. Cuando uses el móvil, procura no alargar demasiado la conversación. Esto es aún más importante cuando la co municación es mala, pues entonces el teléfono está trabajando a plena potencia. Una solución es conectar auriculares al móvil o usar a función de manos libres: basta separar el móvil unos centímetros de la cabeza para que el nivel de radicaciones disminuya sensiblemente. Mantener el móvil lejos de la cabeza mientras marcas y esperas que te respondan. En ese momento el terminal también está funcionando a tope. Procura que los niños no usen el teléfono móvil: a su edad están desarrollando el sistema nerviosos y son más sensibles a las radiaciones.