La seguridad, uno de los obstáculos para la aplicación de las redes sociales en el mundo laboral. La pequeña y la gran empresa, las más interesadas en el social business

La aplicación de las redes sociales en la organización de las empresas ha dado como resultado una nueva generación de profesionales que está desarrollando nuevas formas de comunicación laboral, según el estudio Social Business: What Are Companies Really Doing?. Se trata del estudio elaborado por Deloitte con la escuela de negocio Massachusetts Institute of Technology Sloan Management Review, a partir de una encuesta a más de 3.400 directivos de 115 países y 24 industrias diferentes. La mayoría de los encuestados señala que, entre las principales ventajas que el uso de las redes sociales supone para el profesional, la más importante es la posibilidad de trabajar en red con otras personas de la organización, seguida de la opinión de que su integración facilitará la eficacia y de que se trata de un canal idóneo para hacer oír la opinión de los profesionales.

Según este informe, el social business, entendido como todas aquellas actividades que hacen uso de las redes sociales, permite establecer conexiones más eficientes y eficaces entre las personas de una organización, además de servir como medio para transmitir y compartir información dentro de la empresa. El 42% de las empresas opina que la importancia del uso del social business para el negocio radica en la posibilidad de gestionar la relación con los clientes de una forma más cercana y eficiente, mientras que el 38% cree que es la innovación para diferenciarse de la competencia. El 27% sitúa la adquisición y retención de empleo como el factor más importante para su uso.

Las empresas de sectores dedicados a la tecnología, las comunicaciones o la educación son las que mayor atención dedican al social business mientras que aquellas dedicadas a servicios financieros, fabricación y energía son en las que menor incidencia tiene su uso. El estudio apunta que la aplicación del social business cuenta con una serie de obstáculos, internos y externos para su implantación. En cuanto a los internos, los encuestados consideran que la falta de conocimientos sobre su funcionamiento es la barrera principal, además de no ser prioritario a la hora de enfrentarse a la competencia. Por otra parte, entre los obstáculos externos para la adopción de redes sociales en las organizaciones, se encuentran preocupaciones relacionadas con el riesgo y la seguridad, la opinión de que no hay suficiente demanda por parte de los clientes y así como cuestiones legales.

Otro de los datos extraídos del estudio es que las empresas más interesadas en trabajar con redes sociales son tanto las más pequeñas (menos de mil empleados) como las más grandes (por encima de los 100.000 empleados), dejando detrás al rango intermedio que encuentra menor valor añadido en el desarrollo del social business. Si bien es cierto que este tipo de práctica es una tendencia creciente (los directivos esperan que en tres años crezca un 62% la aplicación de redes sociales en el entorno laboral) las empresas no miden los resultados de sus inversiones en social business. Según esta encuesta, la mayor parte de ellas no miden la efectividad de estas herramientas y las que sí lo hacen llevan, principalmente, control de aquellas personas registradas en sus redes y aquellas que se mantienen activas.

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