Las perpectivas de los consumidores tocan fondo desde el comienzo de la crisis. Para el 82,4% la situación es mala o muy mala según Milward Brown

Se trata del informe/encuesta de “Perspectivas de Consumo” de MILLWARD BROWN tras su encuesta mensual sobre la valoración de los consumidores acerca de economía del país y sus expectativas, la economía del hogar y sus previsiones de futuro. El comportamiento de los consumidores durante el pasado mes de mayo es el más negativo que se ha registrado desde que comenzó la crisis. La valoración de la economía nacional toca fondo. Un alarmante 82,4% opina que la situación es mala o muy mala frente a un inapreciable 0,8 que cree que es buena o muy buena. El estudio se realizó entre el 16 y el 20 de mayo, es decir, en plena campaña electoral de cara a las elecciones autonómicas y municipales. Es de suponer que esta tensión electoral ha repercutido muy negativamente en la percepción de la economía de los españoles y que estos resultados son transitorios. Ante el estado de desánimo de los votantes del PSOE algunos decidían saltar la delgada línea roja que separa la izquierda de la derecha y dar su apoyo al bando contrario. Sin embargo, el deterioro real de las economías domésticas no es justificable por la tensión electoral. El airbag que hasta ahora estaba siendo la familia para jóvenes y desempleados se desinfla a pasos agigantados. «Simplemente, ya no damos más de sí», según la firma. Como es lógico, los componentes del índice evolucionan negativamente. La valoración de la economía nacional toca fondo, con un -81.6%, es decir: el 82,4% opina que es mala o muy mala mientras que un inapreciable 0,8% la cree buena o muy buena. La valoración del momento para realizar grandes compras también casi toca fondo (-50,0), con un 59.2% que piensa que es un mal o muy mal momento para hacerlas y un 9,2% que opina que es un buen momento. El Ómnibus de Millward Brown es una encuesta representativa de la población residente en España. Ofrece información sobre consumo, perfiles sociodemográficos, conocimiento, notoriedad, publicidad, penetración de marcas, categorías, hábitos, actitudes, imagen, etc. …

Impacto crisis en la economía familiar. Tendencia. Pero aun pensando que los datos de mayo están contaminados por la tensión electoral, llama la atención que los indicadores que se refieren a la economía familiar evolucionen todos negativamente. La percepción de la economía familiar sigue descendiendo desde septiembre, y las previsiones sobre la situación económica del hogar en el plazo de seis meses entran en valores negativos. Ambos indicadores reflejan que la crisis está tocando seriamente a las economías familiares. Su papel de paraguas de la crisis está dañando la estabilidad de las economías de los hogares. La percepción de que la crisis está afectando mucho o bastante a la economía del hogar está creciendo desde comienzos de 2010 con una regularidad que
acelerada desde principios de 2011. Lo cierto es que los datos sobre las economías de las familias registran un empeoramiento sostenido, y no parece justificable por la tensión de las elecciones. Hay un deterioro real de las economías domésticas. De lo anterior se desprende que la opinión dominante es que este es un momento para evitar riesgos económicos, aunque repunta la idea de que pueden existir oportunidades si se tienen dinero. En el contexto que estamos describiendo, la inclinación hacia las marcas de la distribución recibe un sensible impulso: el 52,4% de los consumidores las prefiere, frente a un 23.8% que prefiere las marcas de los fabricantes y un 20.8% probar entre varias marcas. Es el punto más alto favorable a las marcas de la distribución desde mediados de 2009 . Da la impresión de que esto fuera un reflejo de que la crisis está alcanzando a las familias, lo que lleva a que el precio se convierta en
una variable cada vez más relevante en su proceso de toma de decisiones de compra, lo que favorece a las marcas de la distribución. El indicador sintético de la valoración del momento para realizar compras, resumiendo la información sobre una cesta de 22 productos y servicios registra un sensible descenso
coyuntural, manteniéndose la tendencia declinante de fondo. Pero la tendencia de fondo sigue una dirección descendente regular, es decir, sigue haciendo prever un panorama complicado para las ventas. Los consumidores siguen pensando mucho las eventuales compras, y están envueltos en una espiral de desconfianza hacia el futuro. Sin descender a la privación, las familias están ajustando sus gastos al mantenimiento de sus niveles de vida básicos. Si se ponen en relación estos datos con los antes expuestos sobre la creciente preocupación por las economías familiares y las malas perspectivas sobre el empleo que detectan los consumidores, cobra sentido esta evolución negativa. Poco a poco parece estar cerrándose un círculo, del que cada vez parece más difícil salir.
Pese a todo el recorte, siendo importante, es menor en Alimentación, Pagar la hipoteca o Coger el coche, mientras ca en picado todo lo demás Pequeñas aficiones, Vestido y Complementos, Salir al cine o al teatro o a espectáculos, Salir de restaurantes o a tomar algo o Viajes fin de semana.

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