Luis Bassat presentaba este lunes en la Universidad Europea de Madrid, su libro «La Creatividad» y lo exolicaba enrespuesta a qué hay que hacer para ganar un premio. Aunque comenzó la respuesta a modo de broma, «Lo más importante es tener un amigo en el jurado», para concluir «hay demasiados intereses creados». «Es fácil de verlo. Pensad que en los jurados de Cannes -yo he sido tres veces jurado y una Presidente- nada más llegar me llegó el brasileño y me dijo: «No puede ser que los americano e ingleses se lo lleven todo. Nos hemos de poner de acuerdo o los latinos no nos comeremos ni un rosco’. ¿Y qué quieres decir? ‘Pues que tenemos que votar nuestras películas’. Y yo le dije, ‘si son buenas claro». «De entrada todos los jurados del mundo son profesionales y normalmente participan en el premio, y tienen películas suyas. En una ocasión fui miembro de un jurado de los Premios FAD en Barcelona (Fomento de Artes Decorativas) y había dos jurados que eran de la misma agencia. Uno de la agencia otra que ya había fichado por ella aunque no hubiera ido aún. Y esa agencia tenía otros dos jurados, y los demás teníamos uno. Y al llegar la votación de una categoría -eran premios gráficos- nosotros teníamos una campaña buenísima y ellos también tenían una buena. Y cuando salen los votos veo que la nuestra tuvo una votación bajísima y le dije al Presidente del Jurado, ‘perdona pero no estoy de acuerdo’ y pedí que se vieran los votos de cada uno y ver que había votado cada jurado, en esta campaña, porque aquí hay algo raro. El Presidente del jurado me hizo caso y habían votado, cero y cero, y ellos tenían una (pieza) en la categoría, y si los demás no quedaban muy bien, la suya podía ganar. Y, evidentemente, me levanté de la mesa y abandoné el jurado y me pidieron que no lo hiciera que era un desprestigio muy grande para los Premios FAD, pero descubrí la trampa. A pesar de esto los grandes festivales del mundo intentan que no haya muchas trampas. Por ello no se aceptan ceros. Ni se aceptan dieces. Todo queda mucho más cerca del cuatro, cinco o seis. Lo de tener un amigo en el jurado es una boutade pero si no hay alguien capaz de defender tu película, sea amigo o no, o una persona que le guste, es muy difícil ganar porque hay demasiados intereses creados. Demasiadas agencias que viven de los premios que han ganado».
Respecto a si una película que ha ganado es más o menos comercial, «si se hace bien la selección, lo lógico es que votemos a las mejores y por lo general tienen que vender más que las que no son tan buenas. Lo que sucede es que ha habido tantos casos de corrupción en premios que se han dado, porque se han comprado los votos, así de sencillo. Si en festival hay 18 jurados y hay cinco que no tienen nada a pelar, ninguna película en la selección final, es tan fácil, y esto lo hacen mucho, mucho, algunos países que prefiero no mencionar, es tan fácil como acercarse a estos jurados y decirles: ‘oye me interesa que gane esta película ¿qué vale tu voto?’ Como le da igual al otro porque no tiene ninguna película suya, pues igual por una cena en un restaurante simpático de la Costa Azul, pues pone su voto en aquella película. Y esto, en general, es lo que hay que evitar. Si los Premios salen bien salen películas mejores y que venden más. Y cuanto más potente es la creatividad de una película, más vende. En igualdad de estrategia. Porque puede ser creativamente muy buena y estratégicamente muy mala. Entonces aunque la creatividad sea muy buena esa película no vende. Pero si las estrategias son buenas, la que es más creativa o explica mejor esa estrategia es la que vende más».