Twitter adelanta a foros y blogs como altavoz en temas de belleza. Más del 70% de las mujeres españolas elige cremas de farmacia para cuidar su piel y luchar contra el inexorable paso del tiempo, frente a casi la mitad que continúan entregadas sin reservas a las marcas de lujo más valoradas, según el estudio ‘Belleza y medios sociales’ realizado por Nielsen Online y McKinsey (NM Incite). El informe, elaborado con el objetivo de medir el “sentir” de las mujeres y detectar sus principales inquietudes en temas relacionados con el binomio salud-belleza, analiza las conversaciones y opiniones vertidas en foros y blogs españoles por las internautas de entre 25 y 50 años. En ellas revela que si bien casi la mitad de las mujeres confía incondicionalmente en la alta cosmética para el cuidado de su piel, son precisamente las marcas de lujo las que más reproches reciben debido, entre otros motivos, a sus precios muchas veces astronómicos, sus expectativas infundadas o las “promesas incumplidas” frente a los resultados más visibles de marcas más económicas.
Tanto es así que la cosmética antiedad de farmacia y parafarmacia ha conseguido granjearse el favor de las consumidoras en los últimos tiempos debido, no sólo a su buena relación calidad-precio, sino también a la imagen de confianza que proyectan sus laboratorios que no dudan en sacar pecho de sus investigaciones dermatológicas y eficiencia probada. Asimismo, el informe de Nielsen y McKinsey pone de relieve la buena acogida de la cosmética natural entre las consumidoras españolas, con un 54% de mujeres que se declaran asíduas, atraídas por la ausencia de componentes químicos y baja agresividad con la piel. El hecho de que sean respetuosas con el medio ambiente o no hayan sido testadas en animales envuelve a la compradora de cierto aire “ecologista” que también anima a la compra.
Le siguen de cerca las marcas blancas (45%) que han supuesto una pequeña revolución en el mundo cosmético, llegando incluso a estudiarse como casos de éxito en escuelas de negocio de la mano de populares cadenas de distribución. Estas grandes superficies ofrecen amplias gamas de productos corporales y faciales, envueltas en atractivos envases y accesibles a todos los bolsillos. Según el estudio de Nielsen, tanto este tipo de cosmética “low cost”, una de las más recomendadas en la red entre prescriptoras, como aquella preparada en casa por las propias usuarias empiezan a ganar terreno a las grandes marcas de belleza de toda la vida.