El objetivo es posicionar a thyssenkrupp como compañía referente en el ámbito de la sostenibilidad y la accesibilidad con el primero de los desafíos de la primera carrera que se hace entre un hombre y una máquina. Getxo fue el primer escenario escogido para el Desafío thyssenkrupp, organizado por Maxus. Bajo el lema ‘Progreso al servicio de la Humanidad’, la agencia ha planificado una serie de desafíos que permitirán mostrar el lado más humano y social de la compañía.
Maxus planteó un reto a Dani Molina, campeón del mundo en paratriatlón… ¿Sería capaz de ganar la carrera a un ascensor thyssenkrupp por un escarpado monte de 43 metros de desnivel y 72 metros de longitud? Era la primera vez que se organizaba una carrera entre un hombre, en este caso un campeón deportista con una discapacidad física pero con un gran espíritu de esfuerzo y superación, y un ascensor inclinado de alta tecnología instalado al aire libre. Una competición singular de la que fueron testigos representantes de las autoridades, empresas, público y prensa, y de la que se hicieron eco los medios de comunicación y las redes sociales.
El ‘Desafío thyssenkrupp’ fue presentado por Txema Montoya, periodista y director del programa El Conquistador del Mundo EITB. La acción se complementó con una rueda de prensa a modo de presentación a los medios, así como con la difusión de los contenidos en redes sociales y medios de comunicación tanto antes como después del evento.
En palabras de Marta Jiménez, Special Actions & Entertainment de Maxus Spain, “Propusimos este reto con el fin de convertirlo en una acción de responsabilidad social, que demuestre cómo thyssenkrupp es una compañía que apuesta por la sostenibilidad y cuya tecnología crea valor a la sociedad satisfaciendo las necesidades humanas en los ámbitos de la movilidad”.
El evento fue planteado como un acto mediático de entretenimiento público para generar engagement, buzz y notoriedad de marca en torno a uno de los ascensores emblemáticos de la compañía. Fue todo un éxito y, dado su carácter noticiable, obtuvo gran repercusión en los medios de comunicación.
Los resultados hablan por sí solos. Thyssenkrupp obtuvo el máximo beneficio de su inversión. El ROI en medios superó más de ocho veces al importe invertido.
Como valor tangible, se consiguió la exposición de la marca en los medios de comunicación, cuantificando el espacio como si de publicidad se tratara. Como intangible, se logró un impacto cualitativo de la marca como contenido en los entornos de comunicación, integrado en espacios no comercializados.