El Ministerio de Empleo y la Fundación Adecco lanza la campaña “No le pongas género, ponle talento”, con Fátima Báñez, Ministra de Empleo y Seguridad Social, y Francisco Mesonero. Tanto la Ministra como el director general de la Fundación Adecco, han presentado esta campaña de sensibilización con motivo del Día Internacional de la Mujer de este 8 de marzo.
Mujeres con discapacidad, mayores de 50 años, desempleadas de larga duración, con responsabilidades familiares no compartidas o víctimas de violencia de género, siguen enfrentándose a estigmas y prejuicios que dificultan su acceso al mercado laboral.
El elemento central de la campaña es un vídeo en el que se reflejan algunos de los miedos y reticencias a la hora de realizar un proceso de selección. La campaña ha sido posible gracias a 40 empresas comprometidas con la diversidad e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Raquel, Marina y Ana Belén ilustran, con su testimonio, la situación que atraviesan las mujeres con más dificultades para el acceso al mercado laboral.
Una campaña para este pasado Día Internacional de la Mujer, ocasión que la Fundación Adecco, con el apoyo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y el compromiso de 40 empresas, no ha querido desaprovechar para lanzar un mensaje de concienciación social sobre la doble discriminación que siguen experimentando algunas mujeres en su acceso al mercado laboral.
Se trata de mujeres que, por sus circunstancias personales, corren el riesgo de ser descartadas en procesos de selección, debido a falsos prejuicios y estereotipos, por ejemplo: discapacidad, mayores de 50 años, con responsabilidades familiares no compartidas o víctimas de violencia de género señalan los responsables de la campaña.
Para la Ministra Fátima Báñez: “El acceso de la mujer al mercado de trabajo no es sólo un tema de justicia. Que lo es. Es también un tema de competitividad de país. No podemos permitirnos perder ni un ápice del talento (ni de las personas mayores, ni de las jóvenes, ni el de las personas con algún tipo de discapacidad…).Sería trágico que no fuéramos capaces de romper las barreras y los prejuicios que dificultan el acceso de las mujeres al mercado de trabajo. Existe un talento genuinamente femenino”.
La responsable de Empleo ha resaltado que el hecho de que España haya aprobado el complemento de maternidad “contribuye a una sociedad más justa. Y, sobre todo, que considera con hechos, y no sólo con palabras, a las 17.000 mujeres que ya han visto aumentar su pensión, en reconocimiento a su aportación como madres trabajadoras”.
No le pongas género, ponle talento
Un total de 40 empresas comprometidas con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres han hecho posible esta campaña de sensibilización: Adecco, Allianz, Asefa, Aurrenak, Axa, Cables de Comunicaciones, Caja Rural del Sur, Capgemini, Clave Informática, Confectionary Holding, Consum Cooperativa, Crisa, Dana Automoción, Aguas de Murcia (EMUASA), Enagás, Ericsson, Euskaltel, EY, Fagor Ederland Tafalla,FCC, Fresón de Palos, Generali, Gentalia, Grupo ACR, Grupo OTP, GSK, Haya Real Estate, Henkel, LYRECO Iberia, Orange, Pfizer, REE, Schindler, Sealed Air Packaging, Steelcase, Patentes Talgo, Thyssen Krupp, UPS, VEIASA, Verallia Zaragoza.
El elemento central de la campaña es un vídeo que simula un proceso de selección en el que se reflejan algunos de los miedos, reticencias y prejuicios más habituales en los procesos de selección en los que participan mujeres con discapacidad, mayores de 50 años o con responsabilidades familiares no compartidas.
Para Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “estos prejuicios suponen una gran barrera para miles de mujeres en nuestro país. Por un lado, por su condición de mujer, las demandantes de empleo se enfrentan a prejuicios relacionados con el miedo a la conciliación o las bajas por maternidad. Si además de mujer cuentan con un factor considerado de discriminación como la edad, la situación familiar o el hecho de tener una discapacidad, se generan etiquetas que pesan mucho a la hora de encontrar un empleo.
A través la campaña “No le pongas género, ponle talento”, desde Adecco y su Fundación, queremos luchar
contra estas etiquetas, con el objetivo de sensibilizar y frenar las situaciones de discriminación”.
Por último, Mesonero recuerda los temores y prejuicios más habituales que siguen obstaculizando la inserción laboral de las mujeres que atraviesan estas situaciones: “sigue asociándose a la mujer con discapacidad o con limitaciones, sin ver sus potencialidades; a las mayores de 50 años con escasa flexibilidad y capacidad de adaptación, sin poner el foco en su experiencia. Y por último, las mujeres que tienen responsabilidades familiares se enfrentan al miedo a la conciliación, cuestión limitante para las empresas y que provoca que nuestro país pierda talento y competitividad”.
Raquel, Marina y Ana Belen: 3 testimonios reales “Cuando los empresarios nos conocen, se quedan sorprendidos”. Raquel es una joven de 23 años con discapacidad auditiva que estudia un ciclo de Formación
Profesional como Técnico Superior en Educación Infantil. “He tenido la suerte de contar con la ayuda del Equipo Específico de Discapacidad Auditiva de la Comunidad de Madrid. Me han dejado un aparato que me permite escuchar mucho mejor al profesor. Es cierto que el aula era muy grande y al ver vídeos en el proyector, no los escuchaba bien porque se dispersaba el sonido y tenía que conectar mis audífonos a un cable para enterarme mejor. Creo que todavía falta adaptar las aulas, concienciar a los alumnos de lo que significa tener un compañero sordo/a y facilitarle las cosas que necesite. Algunas soluciones podrían ser el prestado de apuntes, ayuda de un intérprete, reservar un sitio fijo y adecuado, adaptar la silla… y entonce no habría obstáculos”.
Raquel lleva una vida muy normalizada pero sigue advirtiendo obstáculos de las personas con su discapacidad en la sociedad: “me encuentro situaciones en las que hay que escuchar lo que se dice por megafonía, por ejemplo en el tren, y no entiendo lo que dicen. Si tengo a alguien cerca que lo haya escuchado le puedo preguntar pero si no, me quedo sin información. Falta subtitulado o paneles donde se pueda leer”. Además, nota como, en ocasiones la discapacidad sigue viviéndose de forma poco natural entre las personas: “me encuentro con gente que no sabe cómo hablarme cuando les digo que no escucho bien, gesticulan de manera exagerada y es un poco incómodo, pero les comento que deben hablar igual que a una persona normoyente, vocalizando claro y sin elevar mucho el tono de voz”.
En cuanto al mercado laboral, también piensa que la discapacidad puede convertirse en un obstáculo para encontrar empleo: “algunos empresarios no conocen las capacidades que tenemos, podemos hacer el trabajo igual o mejor que otra persona que se considere no discapacitada. Se trata de confiar. Luego cuando nos conocen, se quedan sorprendidos”.En efecto, Raquel ha demostrado con creces su talento y sus capacidades y trabaja, desde finales de febrero, como monitora de ocio y tiempo libre en actividades con niños con
discapacidad.
Para eliminar los prejuicios y estereotipos, Raquel tiene claro cuál podría ser la solución: “hacer
campañas de concienciación y trabajar la empatía: probar a ponerte en el lugar de otra persona. Por ejemplo, ante la discapacidad auditiva, ponernos unos cascos con ruido molesto de fondo o sin sonido e intentar seguir una clase con ruido o sin escuchar absolutamente nada. Ante la movilidad reducida, sentarse en una silla e intentar buscar los caminos más cómodospara ir con la silla, etc”.
“Habría que eliminar la edad en el CV para evitar la primera criba”. Marina tiene 47 años y dilatada experiencia en muchos campos: contabilidad, administración, redacción, biología, redes sociales… a pesar de ello, lleva 2 años sin encontrar trabajo estable: “no estoy completamente en desempleo, ya que trabajo como autónoma y me van saliendo trabajos, pero la estabilidad ya la veo como una utopía. Salgo adelante con lo que me va saliendo como autónoma, pero es arriesgado y costoso”.
Marina cree que a partir de los 45 años las empresas se vuelven reticentes a la hora de apostar
por un trabajador: “creen que no se nos puede moldear, que tendremos dificultades de adaptación o que nos faltarán conocimientos de las últimas tendencias”. Y aunque ella nunca ha experimentado esta discriminación “a la cara”, sí cree que la edad te hace “no pasar la primera criba”. “En mi caso, ha habido veces que he cumplido todos los requisitos de una oferta y no me han llamado. Creo que mi fecha de nacimiento puede haber influido mucho”- comenta.
Por eso, Marina tiene claro que “habría que eliminar la fecha de nacimiento del currículum para evitar esa primera criba, tener la oportunidad de pasar a la siguiente fase y demostrar tus capacidades”. A pesar de que encuentra complicado encontrar un empleo estable, Marina confía en sus competencias: “creo que soy muy polivalente y tengo conocimientos muy variados. Además, me gusta colaborar en lugar de competir y eso es bueno para el clima laboral”. Puestos a elegir, Marina escogería una empresa cuyos valores estén en sintonía con los suyos: “me costaría trabajar en un sector especulador, preferiría decantarme por algo relacionado con lo social, la promoción cultural, etc”.
“Jamás fallaría en un empleo porque lo necesito para alimentar a mis hijos”. Ana Belén tiene 37 años, está separada y es madre de 2 niños de 9 y 6 años. Esta situación le ha supuesto más de un problema a la hora de encontrar trabajo: “no han sido pocas las entrevistas en las que me han preguntado si quería volver a ser madre o qué hacía si mis hijos se ponían malos. Incluso, me han llegado a advertir que sería un problema si me quedaba embarazada”- comenta.
Aun así lleva 8 meses trabajando como limpiadora, y aunque está contenta (de hecho enseguida le hicieron contrato de un año al ver lo bien que funcionaba), ansía la estabilidad por encima de todo: “se me termina el contrato en agosto y creo que no hay mucha posibilidad de continuar, por política de la empresa. Es precisamente lo que más quiero, la estabilidad. Si la tengo, me da igual que el salario sea bajo”- asegura.
Ana Belén tiene claro que tiene mucho que aportar a un equipo: “soy muy compañera, cumplidora y servicial. Estoy siempre disponible para hacer horas extra o hacer lo que me pidan fuera de horario laboral. Jamás fallaría porque necesito el empleo para alimentar a mis hijos y sacarles adelante”- afirma.