Amazon y Google llevan años investigando las posibilidades logísticas de esta tecnología, aunqqeu aún falta el cambio en la legislación es fundamental para su despegue. Amazon anunció en 2013 que comenzaría las pruebas para realizar la entrega de productos utilizando drones, pero fueron muchos los que desconfiaron de su visionario CEO, Jeff Bezos. Pero han pasado cuatro años y, aunque la profecía no se ha completado, son varias las empresas que han dado pasos firmes en esta dirección.
Amazon continúa con sus pruebas y otros grandes como Google, siguen un camino similar con proyectos como Project Wing. Pero el reparto a domicilio por medio de drones ya no son proyectos exclusivos de los gigantes de Internet. De hecho, la multinacional Maersk realizó el año pasado la primera entrega de un paquete en uno de sus buques a través de un dron. Y, este verano, ha sido la británica MedExpress, compañía dedicada a la distribución y entrega de productos farmacéuticos, la que ha realizado pruebas en Kent, con muy buenas sensaciones.
Así todo, queda bastante camino por recorrer, sobre todo en lo que se refiere a dos aspectos importantes. Por un lado, las limitaciones legales a las que deben enfrentarse los drones al realizar los vuelos y, por otro, los aspectos técnicos, algunos difíciles de solventar, como por ejemplo el limitado peso que los drones son capaces de transportar.
No obstante, parece que estamos en un proceso imparable. Según un estudio de la Comisión Europea, en los próximos años se prevé la creación de hasta 150.000 nuevos empleos relacionados con los drones en el viejo continente.
Arturo García Almendros, instructor de vuelo de RPAS e impulsor del proyecto empresarial español RITRAC, considera que “vamos a experimentar una evolución sorprendentemente rápida. Ahora mismo la Ley es uno de los mayores impedimentos para hacer que esta industria evolucione. En este momento llevamos ya tres años con una legislación provisional (la Ley 18/2014) y estamos esperando la aprobación y publicación en el BOE de la nueva Ley que regulará este sector en España. Su salida es inminente, y permitirá, entre otras cosas, aunque bajo determinadas condiciones, vuelos en ciudad, así como vuelos nocturnos, y el uso de observadores para extender el alcance visual del piloto (esto se llama, operaciones EVLOS)”.
El borrador de la nueva Ley, al que hace referencia García Almendros y que regulará el uso civil de las aeronaves controladas por control remoto, puede consultarse en la web del Ministerio de Fomento, e incluirá esas nuevas posibilidades de uso para los drones a las que hace referencia el CEO de Ritrac, además de poder volar en espacios aéreos controlados, siempre a una distancia superior a 8 kilómetros de cualquier aeropuerto o aeródromo.
Eduardo Esparza, Country Manager de Webloyalty, considera que “estamos a las puertas de un apasionante futuro que hará realidad en poco tiempo cosas que sólo hemos visto en películas de ciencia ficción”. Esparza es consciente de los problemas que quedan por resolver. “Entre ellos -apunta- la limitación actual de las entregas a campo abierto, por lo que es necesario tener un jardín y ese es un freno actual en nuestro país, donde más del 65% de las personas viven en pisos”. Un inconveniente que, según diversos expertos, podría solventarse instalando buzones en las azoteas de los edificios que se comunicarían de forma inalámbrica con la empresa de envíos.
La apuesta de la industria es firme. En 2015, las empresas de capital riesgo invirtieron en Estados Unidos 450 millones de dólares en start ups relacionadas con drones. En el año anterior esa cifra fue de 111 millones.
En nuestro país la situación es muy diferente. Según datos del Primer Barómetro del Sector de los Drones en España, publicado en 2016 por Todrone, la práctica totalidad de financiación privada proviene de entidades de crédito. El capital riesgo brilla por su ausencia y la financiación pública apenas llega al 19%. Y, aunque hablamos de datos que no son específicos del campo de la logística sino de las aplicaciones comerciales de los drones en general, “esta podría ser una de las principales limitaciones para el crecimiento del sector en nuestro país”, apunta Eduardo Esparza.
Por otro lado, los planes de Amazon son realizar los repartos en un tiempo máximo de 30 minutos, lo que resulta un atractivo valor añadido en el reparto.
Para finalizar, y mirando al futuro, podemos predecir que en unos años parte de la flota logística formada por pequeñas furgonetas desaparecerá, aliviando el tráfico rodado y trasladando su cometido a drones que veremos surcar los aires, especialmente en zonas apartadas y de difícil acceso.