José Luis Rodríguez Álvarez, Director de Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) clausuró este viernes las I Jornadas sobre Sociedad y Economía Digital tituladas «Internet, motor de los cambios económicos, sociales y culturales» en ESNE Rodríguez destacó que «pudiera darse la sensación de cierta relajación en la valoración de la privacidad pero la realidad es distinta. los ciudaadanos seguimos valorando en muy alto grado la protección de la privacidad y así se puede comprobar en todos los estudios realizados al efecto. Por ejemplo el Barómetro que elaboro en 2011 la Comisión Europea que pone de manifiesto que un 70% de los ciudadanos europeos les preocupa que sus datos se utilicen para finalidades distintas a las de su recogida. En España se ha publicado recientemente el Barómetro del CIS de junio que contiene una serie de preguntas sobre protección de datos personales y privacidad que refleja que al 76,3% de los españoles les preocupa mucho, bastante, el uso que se haga de sus datos personales». En otro estudio, señaló que «al 91% de los consumidores que tienen confianza en las prácticas de privacidad de una compañía están predispuestos a aumentan las cifras de negocio y aumentar la relación con la compañía. Y sin embargo el 83% de los encuestados manifiestan que pondría fin a sus relaciones con una compañía que abuse o haga uso indebido de la información que les ha dado. Es cierto que como decía antes y se ha comentado aquí, actualmente puede apreciarse cierto grado de relajación en la protección de la privacidad, pero es solo aparente, porque tiene más que ver con la percepción del riesgo que con la valoración de la privacidad»
«Y estamos viviendo un momento en el que un sector amplio de la sociedad esta experimentando cierta fascinación ante productos y servicios, incluso no muy útiles pero que son muy atractivos, sin reparar suficientemente el riesgo que su uso comporta. Y esa falta de percepción del riesgo se ve agravada por la falta de transparencia de muchos proveedores de estos servicios que ponen el acento mucho más en la captación del cliente, en los aspectos atractivos del producto o servicio que dar información para entrar a precisar los contenidos de los pactos que manejan y las finalidades a que se destinan sus datos. Pero esto está cambiando y a medida que los ciudadanos vayan adquiriendo más conocimiento de las implicaciones que tiene para su privacidad el uso de estos productos o servicios, van a ser más exigentes, más selectivos y van a conceder prioridad en función de las garantías de seguridad y de protección de la intimidad que les ofrezcan unos proveedores u otros.
No hay que dejarse llevar por esa falsa percepción del valor que damos a la privacidad porque es más una falta de percepción del riesgo que de valoración de la privacidad y en las sociedades actuales se deberían colocar en el sector emprendedor, a la privacidad como un vector principal en el desarrollo de la economía digital de gran impacto en la privacidad. Así se esta haciendo ya en los planteamientos más modernos y mejor fundados. Es significativo que el World Economic Forum, nada sospechoso de promover criterios regulatorios, en dos estudios recientes reconoce que la privacidad es un elemento muy relevante para la economía y subraya que precisamente la desconfianza en el sistema de protección de datos personales está perjudicando su potencial para generar valor económico. De ahí que a mi me resulte muy acertado el planteamiento de la agenda digital para España, aprobado por el Consejo de Ministros en febrero que establece como uno de sus ejes reforzar la confianza en el mundo digital porque se considera que el establecimiento de un clima de confianza es imprescindible para que las TICs contribuyan al desarrollo económico y social. Y se señala que la construcción de ese clima de confianza debe ser un proceso continuo en el que se actúe sobre diferentes ámbitos y en particular sobre el respeto a la privacidad».
«Y ello porque la agenda subraya uno de los elementos que más impacto tendrá sobre la confianza en el ámbito digital de los próximos años, el tratamiento de los datos personales y todas las cuestiones relacionadas con la privacidad en internet. Estamos actualmente viviendo un momento critico, para la protección de datos en Europa porque la normativa sobre la que se asienta nuestro modelo de protección de datos es una normativa elaborada en los años 90, del pasado siglo, en la Directiva del 95 y en este momento gran parte de las tecnologías que hoy están ampliamente señalizadas como de uso normal, no existían o estaban en fase experimental y no sucedía con internet que ha cambiado el paradigma y esta en una fase incipiente. por tanto esta normativa que tenemos en Europa elaborada en esos años, ha permitido dotarnos de un estándar de protección sin parangón en ninguna otra región del mundo de los datos personales. Peor actualmente esa normativa esta sufriendo el paso del tiempo. ha sido fuertemente erosionada por el continuo desarrollo de nuevas tecnologías son gran impacto de la privacidad y por el fenómeno de globalización articulado sobre la red, sobre internet».
«Por eso es inaplazable actualizar esa normativa y adecuarla a la nueva realidad para seguir disfrutando de un nivel de protección adecuado para que las autoridades de protección podamos atender las reclamaciones de los ciudadanos en el grado que lo veníamos haciendo. Actualmente el proceso marcha en la UE, con un nuevo Reglamento de la Directiva del antiguo Tercer Pilar y es un proceso que va avanzando muy lentamente, y podemos decir que existe un altísimo riesgo que no se consiga aprobar antes de que concluya la legislatura que finaliza en mayo de 2014. Las dificultades que se están encontrando para avanzar son grandes y en parte debido a la actuación de los grupos de presión liderados por las grandes corporaciones internacionales que según todos los testimonios de quienes están en bruselas han desarrollado una actividad sin precedentes en los procesos legislativos en la UE, superando incluso a las de la aprobación de la normativa de la agenda (digital) lo cual nos da también un indicio muy relevante del valor comercial que los datos tienen en las sociedades actuales. Si la actualización de las normativas para garantizar derechos y sobre todo, para establecer unas reglas de juego para las compañías que actúan en la UE y las que actúan desde fuera pero sobre la UE, esta generando un rechazo importante».
«Si no se aprueba esta adaptación en el próximo año, probablemente, dependiendo de la fase en que quede el proyecto se retrase varios años más y entretanto tendremos que seguir con la normativa actual buscando las interpretaciones para adaptarla y seguir garantizando el mismo nivel de protección».