Para Telecinco la argumentación de la sentencia del Juzgado de lo Mercantil Nº7 de Madrid no es más que un paso más en la pugna judicial contra Youtube, y “supone una decisiva luz verde para el recurso de apelación ya presentado por Telecinco ante la Audiencia Provincial de Madrid en el juicio contra Youtube por defender sus derechos de propiedad intelectual”. Para la cadena la sentencia reconoce que le dan la razón al puntualizar que “aquellos titulares de derechos que se entiendan perjudicados por la emisión de cualquier grabación pueden solicitar la retirada de un contenido ilícito mediante la identificación de la URL completa de la página de reproducción de los mismos, junto con una explicación y notificación”. “El juez evita, así, tomar una decisión que hubiera puesto en jaque el negocio nacional e incluso internacional de Youtube y su propietario Google”. La sentencia no tiene carácter firme por lo que cabe interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid, y el juez reconoce que “resulta materialmente imposible llevar a cabo un control de la totalidad de los vídeos que se ponen a disposición de los usuarios, porque en la actualidad hay más de 500 millones de vídeos” y “que no se trata de un procedimiento cómodo y sencillo para la actora (Telecinco), porque le incumbe la ingrata tarea de rastrear y controlar los contenidos que se alojan en la página web de la demandada (Youtube)”. En nota de la cadena se destaca que la sentencia señala que Youtube precisa de la intervención de la titular de los derechos para proceder a la retirada de los vídeos: “La verificación de contenido se realiza mediante un programa denominado Video ID, que requiere la cooperación del titular del derecho para que facilite a Youtube los denominados archivos de referencia (referente files) de cada video que desea retirar”. Telecinco destaca la parte de la sentencia que indica que “probablemente, hay mucho de retórica, de declamación epopéyica en las reiteradas invocaciones de la demandada (Youtube) a ese principio sacralizado de la libertad de expresión y a la pretendida función que en ese contexto afirma desempeñar”.