En el 7º año de esta sección Wences Sanz presentó una selección de los jóvenes talentos, entre los más interesantes del Reset C. “La idea era intoducir diferentes disciplinas relacionadas con la publicidad, para abrir la cabeza a los presentes para ayudarles en su trabajo del día a día. La intención era que se saliese un poco el contenido de una charla de un evento de publicidad”. “Este año tenemos 2 chicos y 2 chicas de distintas disciplinas: desde el diseño gráfico hasta el concept art”.
La primera fue Alicia Martín, ilustradora y Concept Artist. Trabajó como diseñadora durante varios años, pero acabó interesándose por la ilustración e hizo de ella su trabajo. Comparte una serie de trabajos que ha hechos en los últimos años. El primero, ‘Oddities’. En él, empezó a experimentar con la pintura digital, con formas abstractas e imágenes abiertas. Destaca el poder de “la belleza de lo raro, dándole un enfoque cercano”. “El siguiente proyecto fue para el festival Digital Dreams en Toronto, con personajes oscuros e inquietantes para un festival. A partir de los concepts, se desarrollaron los personajes en 3D y, gracias a ese efecto bizarro, tuve bastante éxito”. Su proyecto de tesis fue ‘Reminiscence’, que contenía pintura digital, pintura al óleo con tratamiento de la luz. Las luces creaban un look de día y noche a través de unas ventanas del cuadro. “La segunda edición de Digital Dreams fue Lucid Dreams. La idea era jugar con las hibridaciones, crear criaturas como si fuera un organismo viviente”. Gracias a éste trabajo sus trabajos se empezaron a conocer más y le dio la oportunidad de seguir trabajando. ‘Unborns’ es un proyecto personal en el que crea “criaturas no-natas, en principio estáticas” aunque hizo una versión en vídeo para darles vida. ‘Mind trick’ es un proyecto en el que combinó “pintura digital y tradicional para unos músicos de jazz”. Martín es una joven que experimenta mucho en su tiempo libre para poder evolucionar en su vida laboral.
Sergio Rabanal, director de arte. Explicó que había trabajado en varios perfiles dentro del mundo de la imagen e intenta huir de la especialización. Empezó en una empresa de flexografía (diseño de impresión de servilletas), donde él trabajaba en el departamento del diseño. “Después de tocar techo con las servilletas, me tomé un año sabático” bromeó. Se declara autodidacta y, así, empezó a trabajar en la animación, el motion graphics. Tras meter muchas horas y pasar por muchos perfiles profesionales, descubrió que lo que gustaba era crear perfiles gráficos para artistas. Desde hace un par de año trabaja en su propio estudio de diseño y dirección de arte: Massif Studio. Rabanal, mostró una serie de trabajos de los primeros años, entre ellos, un encargo para Yorokobu: Numberatomy, del que salió el typogratomy. Dentro de Massif, una de las cosas que más le gusta hacer, después de diseñar y crear marcas,” es crear identidad visual para las marcas”. Mostró algunos ejemplos, como la identidad de GafaVintage.com, Nyx Professional Makeup o Zelada (cantande de blues) para su disco Be Somebody. Todos los trabajos que ha hecho, dice, le han servido para mejorar. Terminó con la frase de Milton Glaser: “Abraza el fracaso”. “Es la manera de mejorar”.
Jorge Lawerta, ilustrador. explicó que la cultura del fútbol le llevó a ser ilustrador. Al terminar Bellas Artes, comenzó a trabajar en una agencia, pero acabó saturado. Así que marchó a NY, pero se da cuenta de que aquello tampoco le llena. Decidió quedarse en NY a aprender y allí descubre que puede dedicarse a la ilustración. Así que lo deja todo y empieza de cero. Terminó en Buenos Aires sin trabajo, sin portfolio y con mucho tiempo libre. Así que empezó con su primer proyecto personal: un proyecto sobre fútbol argentino desde el punto de vista del lettering. Sus trabajos se comparten y, a partir de ahí, le llega su primer cliente: ESPN sobre capitales del fútbol. Empieza a sentir que genera notoriedad, así que se crea un portfolio con temática futbolera hasta conseguir su primer trabajo para un equipo de primera, el Levante, del que surge una colaboración que le permite hacer trabajos tipográficos. “Si te gusta lo que haces, es más fácil llegar a la gente”. Con el tiempo se da cuenta de que lo que le ayudó a posicionarse acaba siendo ‘un poco losa’, porque le encasilla en la temática del fútbol, y le gustaría hacer otros temas.
Silvia Grav, fotógrafa. Con 23 años, lleva 3 años viviendo entre Madrid y Los Ángeles. Tras hacer un año de Bellas Artes, lo dejó y volvió a Málaga con sus padres. Para entonces llevaba unos meses compartiendo su trabajo en Facebook hasta que, de un día para otro, se volvió viral. Decidió aprovechar ese golpe de suerte que duró 6 meses. Hasta que le llegó un correo en el que le ofrecían irse a NY para hacer una exposición y darle un premio. Con 20 años, decidió quedarse allí durante un mes, durante el que consiguió trabajo en LA. Vio que tenía la oportunidad de hacer algo allí, así que decidió mudarse. Tras 3 meses de fracaso, consiguió un trabajo que le sacó del agujero económico en el que se había metido. Y consiguió un trabajo estable que mantiene hoy en día. Todo lo contado hasta aquí era para ganarse el respeto de los asistentes. A partir de aquí, mostró sus ’5 grandes historias vergonzantes’, historias que no debería contar.
Como iluminación utilizaba la luz de pantallas antiguas con tubo catódico, luego monitores y hasta lámparas de Ikea. Explicó que no utiliza RAW porque al principio no podía permitirse discos duros, y se acostumbró al JPEG. Y lo mismo con las lentes. Solo tiene un objetivo Sigma con el que lleva 5 años trabajando. Necesitaba, asimismo, un agente para tener algo de caché. Así que decidió inventárselo con el nombre de su madre. Al final, su madre acabó llevándole las cuentas. “La conclusión de todo esto es que no hay conclusión. Solo que hay que creer mucho en lo que quieres hacer”. Para ilustrar esto, terminó con un vídeo.